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Crónica de Manhattan
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Bush, con las manos libres

El presidente de los EE UU, George Bush, lo ha conseguido. Ha recibido las bendiciones del Congreso para seguir adelante con sus planes belicistas en Irak. Ahora el presidente tiene más fuerza para presionar al consejo de seguridad de la ONU para que apruebe una dura resolución que fuerce el desarme de Irak. Un anónimo miembro de la administración decía el viernes a The New York Times: 'hemos cumplido con todos los trámites necesarios para emprender la acción y no necesitamos al Consejo de Seguridad, así que si este órgano quiere mantener su relevancia nos tiene que dar una autorización similar'.

Es decir, que la relevancia de las decisiones de la ONU dependen de que den la razón a EE UU y el segundo salvoconducto a Bush. La decisión es importante y no solo para Irak y EE UU sino para el consejo de seguridad que puede estar a un paso de perder su credibilidad cediendo a los deseos de un presidente que no ha probado ante nadie la conexión de Irak con Al Queda (algo sobre lo que también la CIA tiene más que dudas).

La resolución aprobada por los legisladores requiere que la presidencia trabaje con las ONU en encontrar una solución diplomática y muchos demócratas como Hillary Clinton han votado a favor pensando que esto contendrá el ataque. Es posible que Clinton sepa algo que el resto de mundo desconoce y que suponga que los mas cautos del Gobierno, como Colin Powell, tienen la partida ganada a los, hasta ahora, más fuertes como el vicepresidente Dick Cheney, el secretario de defensa Donald Rumsfield y su segundo, Paul Wolfovitz. Ni las declaraciones sobre lo que debe hacer la ONU ni la preparación para un rápido despliegue de fuerzas ordenado por Rumsfield este fin de semana, ni los planes políticos de la Casa Blanca para Irak tras derrocar a Sadam Hussein, parece indicar que se haya tomado este rumbo.

El debate en el Congreso ha durado una semana más de lo calculado e incluso ha retrasado el comienzo de la campaña electoral para las elecciones a la renovación de las cámaras el 5 de noviembre. Pero eso es un tecnicismo porque la campaña lleva semanas en marcha y la mayoría de los analistas políticos ve en este factor la clave para el apoyo a Bush que aún así, no ha sido unánime: 296 miembros de la cámara de representantes votaron a favor de la resolución, 133 (seis de ellos republicanos) votaron en contra. En el Senado han sido 77 votos contra 32. El senador demócrata Edward Kennedy aseguraba que este debate tras las elecciones habría tenido un desenlace distinto y así parece demostrarlo la evidencia de que de media docena de senadores demócratas cuya silla está en peligro, solo uno votó en contra. Frank Rich, editorialista el domingo de The New York Times, criticaba que, pese a los llamamientos de Al Gore, los demócratas no tuvieran alternativas a la guerra preventiva. 'Eso no es patriotismo, es abdicación'.

Rich criticaba que los demócratas no hayan leído las últimas encuestas en las que se muestra que el apoyo al enfrentamiento es cada vez más frágil. Los periódicos se llenan de publicidades contra la guerra y en las Universidades hay manifestaciones contra la guerra. Mientras, la prioridad número uno: acabar con el terrorismo de Al Queda, está cada vez más difusa cuando precisamente parece que esta organización se rearma y vuelve por sus aterradores fueros en Yemen , Kuwait y posiblemente en Bali, el que fuera el paraíso de las gentes pacíficas.

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