EE UU y la UE aceleran la integración de Rusia en la economía internacional
La exclusión de Rusia de la lista negra de países que no colaboran contra el blanqueo de dinero, elaborada por el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), es el último de una serie de acontecimientos que han situado a Rusia en el camino de la plena integración en la economía internacional y en la Organización Mundial del Comercio.
La Administración dirigida por Vladimir Putin ha impulsado una serie de reformas económicas, cuyos resultados más notables son la liberalización del monopolio eléctrico y el reconocimiento de la propiedad privada de las tierras de cultivo. En la lucha contra la corrupción, Moscú ha realizado 'esfuerzos significativos', según reconoce el GAFI. Exultante, el presidente del Banco Central, Alexander Lébedev, declaró que la decisión es de 'una gran importancia política' e implica el reconocimiento de Rusia como 'país con una economía de mercado'.
Pero la realidad es otra. El propio GAFI reconoce que 'Rusia ha prometido que completará su proceso de reformas y la implantación de un marco legal para combatir el lavado de dinero negro'. Un proceso, pues, pendiente de completar. De hecho, el viceprimer ministro, Alexei Kudrin, reconoce que muchos Gobiernos han recomendado a sus bancos que no trabajen con entidades rusas.
No en vano Rusia ocupa el puesto 76 en la lista de Transparencia Internacional sobre la corrupción en los distintos países. El criterio de esa ONG es el empleado como referencia para medir la corrupción.
La mayor aspiración del Kremlin es lograr el ingreso del país en la OMC en 2003 y aunque es mucha la tarea pendiente, cuenta con el apoyo de las principales potencias.
Un dato claro en el ascenso de Rusia en la comunidad internacional es su reciente reconocimiento como economía de mercado por parte de EE UU y la UE, paralelo a su creciente importancia en la política internacional. Rusia es vista ahora como el suministrador seguro de petróleo a Occidente y se ha convertido en un aliado clave en la ofensiva mundial contra el terrorismo, liderada por EE UU.