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Coyuntura

La OCDE retrasa las previsiones de un crecimiento "más firme" a finales de 2003

El economista jefe de la OCDE, Jean-Philippe Cotis, reconoció hoy que la recuperación de la economía mundial está siendo "más lenta y más irregular" de lo que el organismo preveía en la primavera, por lo que augura que habrá que esperar hasta final de 2003 para ver "un crecimiento más firme".

Cotis, quien eludió anticipar las nuevas previsiones que la OCDE dará a conocer el 21 de noviembre, admitió que la evolución económica reciente "desilusiona bastante" porque la confianza empresarial "ha empeorado" y asistimos a un "estancamiento" de la producción manufacturera que ha impedido el crecimiento "claro y fuerte" que el organismo predijo en su último informe.

En este contexto, la OCDE revisará a la baja las previsiones anunciadas el pasado mes de abril, en las que auguraba que el crecimiento de los 30 países que integran el organismo sería del 1,8% este año y del 3% en 2003, mientras que para Europa esperaba un aumento del 1,5 y 2,8%, respectivamente. El organismo había realizado estas estimaciones sobre la base de los datos conocidos hasta la primavera, que arrojaban un reforzamiento del clima de confianza de los consumidores y de las empresas, que ha sufrido un empeoramiento en los últimos meses.

En un encuentro con los medios españoles organizado por BBVA en el que también estuvo presente la embajadora española ante la OCDE, Elena Pisonero, matizó que "no hay fatalidad en materia de crecimiento potencial", pero subrayó que Europa tendrá que profundizar en reformas económicas y estructurales y garantizar el saneamiento de las finanzas públicas para asegurarse un crecimiento sostenido.

Gasto público

El economista jefe indicó que aunque se ha asistido a una "recuperación técnica" en Europa apoyada en las exportaciones y en la reducción de los inventarios de las empresas, el crecimiento del PIB en la primera parte del año "no es gran cosa" y que a corto plazo es previsible que se mantenga "por debajo del 2%".

Cotis criticó que en la región se ha deteriorado la situación "porque no se controla bien el gasto público" y los países han sido muy proclives a tener políticas presupuestarias expansivas en situaciones de buena coyuntura que les llevan incluso a reducir los impuestos, y que luego obliga a tener políticas restrictivas cuando hay problemas y menor capacidad de maniobra. "Se han cometido errores cuando estábamos en la cresta de la ola y pedimos a los países que no dejen que siga deteriorándose esos déficits estructurales y que cuando se empiece a recuperar que se recupere también esos déficits", indicó.

Dentro del contexto europeo, resaltó que España ha dado muestras de ser uno los países que "mejor aguanta el embate desde el punto de vista coyuntural", al registrar crecimientos que superan la media del continente. Así, aseguró que es "muy buen alumno" en materia presupuestaria en un momento en el que además, la Unión Europea "necesita buenos alumnos, en los que otros países puedan inspirarse".

Sistema de pensiones

No obstante, alertó que en España hay una necesidad "acuciante" de reformar el sistema de pensiones, porque si se mantiene el modelo actual y con el acelerado envejecimiento de la población, las necesidades de financiación para jubilación pasarán de representar hasta 8 puntos del PIB en 2040-2050, frente a los 4 ó 5 puntos que supone de media en la actualidad.

Aunque admitió que España tiene el presupuesto equilibrado y una tendencia la baja del déficit público, insistió que tiene más necesidades de financiación que el resto de los países europeos a largo plazo, lo que obligará a desplegar "más esfuerzos" para resolver los problemas de jubilación.

Para el economista jefe la solución a este problema pasa por alargar la edad laboral, incentivando la vida activa para los mayores de 50 años, y por "terminar con el periodo de subsidiación de prejubilaciones por parte del Estado". "Lo más apremiante es terminar cuanto antes con estos regímenes de prejubilación y crear más estímulos para mantener más tiempo a los trabajadores en el mercado laboral", manifestó.

Cotis urgió a actuar en esta línea, al considerar que si no se aborda la cuestión con premura "las consecuencias serán muy graves en Europa, porque los ingresos fiscales crecerán muy lentamente frente al aumento de la dependencia".

Según el responsable de la OCDE, el futuro de pensiones pasa por garantizar la viabilidad del sistema de jubilación a cargo de las finanzas públicas e impulsar algún otro vehículo de financiación complementario.

Cotis estimó que la inmigración puede ayudar a solventar este problema e, incluso, a favorecer el crecimiento futuro de la economía, pero alertó que si no se verifica que las políticas de integración son correctas y los inmigrantes llegan a países donde ya hay un tasa elevada de paro "las consecuencias son muy serias para todo el mercado laboral y cabe peligro que inmigración sea un problema para todos".

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