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Caídas

El duro castigo a la banca alemana debilita las principales plazas europeas

Los expertos advierten desde mediados de la semana pasada de la preocupación del mercado por la salud de la banca internacional. Si la banca de inversión se resiente del descenso de la operativa en los mercados, la de consumo puede verse presionada por un descenso de la calidad crediticia. Así lo ha advertido la agencia de calificación de riesgos Moody's. Esta situación coincide con las nuevas presiones sobre crecimientos económicos para el año que viene más débiles de los previstos hace un mes.

El Ibex perdió un 0,19%, la cuarta caída consecutiva, con los grandes bancos como principales causantes. BBVA retrocedió un 1,09% y el SCH, el 0,80%. El negocio de la primera entidad subió hasta negociar 65,04 millones de acciones equivalentes a 486,33 millones de euros. Esta cifra supuso el 20% de lo que se movió de forma global en el mercado y el 2% de su capital. De las acciones que se intercambiaron del BBVA, 24,62 millones se hicieron en el mercado de bloques y 22,02 millones en el de operaciones especiales.

La falta de noticias relevantes procedentes de EE UU y los resultados sin sorpresas de las elecciones en Brasil se tradujeron en una sesión de relativa calma. No obstante, el movimiento fue de más a menos, tónica habitual de los últimos meses. El índice llegó a ganar un 2,47%, pero el pesimismo que se palpaba en otros grandes mercados, como el alemán, que llegó a retroceder un 4% presionado por el Deutsche Bank, y la inseguridad con que se negocia en Wall Street eliminaron de un plumazo las ganancias.

Duisenberg y otras claves

La comparecencia ayer de Duisenberg ante el Parlamento no aportó grandes novedades al manifestar una gran apatía por la evolución de los mercados financieros, en línea con citas anteriores. El presidente del BCE reiteró que la política del banco de estabilizar los precios sigue siendo la mejor contribución ante la incertidumbre actual.

En este sentido, aunque sin criticarlo directamente, cuestionó las políticas de otros bancos centrales más agresivas para los tipos de interés. 'No se trata de justificar el peor comportamiento económico de la zona euro por tener tipos más elevados. Se trata de un problema de falta de reformas estructurales. En definitiva, muchas críticas encubiertas hacia la política monetaria en Estados Unidos y sus desequilibrios en déficit externo, que al final es déficit de ahorro', dice José Luis Martínez, economista jefe en España de Citigroup.

Esta situación explica, según los expertos, el escepticismo de los inversores ante cualquier recuperación puntual de la Bolsa. La preocupación sobre la posible guerra entre Estados Unidos e Irak añade más incertidumbre, máxime si, como parece ahora, el ataque no será inmediato.

La publicación de resultados empresariales es otra referencia básica. A falta de pocos días para que comiencen a publicarse los primeros balances del tercer trimestre, siguen apareciendo profits warnings, advertencias negativas. El lunes fue Sears, lo que compensó totalmente el optimismo para el futuro de la dirección de Intel pregonado el fin de semana.

Por otra parte, la contratación en el mercado español creció un 15,83% el pasado mes de septiembre, al pasar de los 31.362,76 millones de euros negociados en agosto a los 36.328,62 millones del mes anterior, según la CNMV.

El aumento del negocio en el mercado español se ha producido al pasar por alto los inversores la incertidumbre sobre una posible guerra con Irak y los inicios de recuperación en la economía de EE UU.

La renta variable ganó algo de terreno frente a la fija en septiembre y supuso el 83,17% de la contratación global, mientras que en agosto representó el 80,68%. Este crecimiento se produce a pesar de que septiembre ha sido uno de los peores meses del último quinquenio. El negocio en la Bolsa subió un 19,39%, hasta los 30.107,98 millones de euros, mientras que la renta fija creció el 1,02%, hasta 6.115,91 millones.

Deutsche Bank pierde un 22,48% en cuatro sesiones

 

 

Deutsche Bank, Commerzbank y HVB Group alargaron ayer su agonía bursátil con caídas de un 5,58%; 7,22% y 2,8%. Las especulaciones acerca de una crisis de liquidez y posibles rebajas de previsiones de resultados atenazan al sector que más influye directa e indirectamente en las Bolsas. En la alemana, en concreto, el peso es mayor que en el resto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En cuatro sesiones, el mayor banco alemán ha perdido un 22,48%. HVB y Commerzbank, por su parte, han retrocedido un 17,7% y 20,9% desde el pasado jueves. La crisis de confianza que atenaza el sector bancario alemán se agudizó ayer, después de que Standard & Poor's rebajara la perspectiva de crédito de HVB y Commerzbank.

 

 

 

 

 

 

 

Según la agencia de calificación de solvencia, los bancos no han hecho lo suficiente por recortar gastos en un entorno de debilidad económica.

 

 

 

 

 

 

 

Las principales entidades alemanas sufren fuertes pérdidas en el año. Deutsche cae un 54%; Commerzbank, el 70%, e Hypovereinsbank, el 66%. La crisis bancaria se ha cebado especialmente con las entidades alemanas, debido a los bajos niveles de rentabilidad de estos grupos bancarios, la debilidad estructural del sistema bancario germano y la recesión económica.

 

 

 

 

 

 

 

Los presidentes del Bundesbank, Ernst Welteke, y del consejo de supervisión del Deutsche Bank, Rolf Breuer, han tratado de salir al paso de las especulaciones y han negado que exista una crisis de liquidez en el sector bancario.

 

 

 

 

 

 

 

Tanto Breuer como Welteke han animado a los inversores a enfrentarse a la impresión general de debilidad de la banca.

 

 

 

 

 

 

 

Hay observadores y analistas, vista esta secuencia, que consideran que el remedio es peor que la enfermedad en esta ocasión, porque los inversores suelen rechazar los bálsamos puramente políticos y mirar con mayor detenimiento las grandes cifras de los bancos y de empresas que cotizan en Bolsa.

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