Wall Street y otros efectos bursátiles
Las cuentas de resultados que empresas emblemáticas de Estados Unidos presentarán esta semana tendrán una influencia determinante en el recorrido de los mercados del mundo a corto plazo. Hasta ahora, las advertencias negativas han sido superiores a las del segundo trimestre. La sobrevaloración de Wall Street es, así, manifiesta, pese a que los grandes bancos de inversión sigan recomendando este mercado.
Desde hace varias semanas, los analistas más fríos advierten del peligro que entrañaría para los mercados financieros del mundo el desplome súbito de las Bolsas estadounidenses. Hasta ahora se observa que el resto de las grandes Bolsas bajan, como promedio, dos veces más que aquéllas.
A medida que pasa el tiempo y el perfil del crecimiento económico se mantiene en la parte baja aumentan las advertencias sobre lo que algunos denominan ya efecto hamburguesa y que no es otro que el cúmulo de fallos estructurales en la primera economía del mundo. Los mismos, precisamente, que afectaron y afectan a países emergentes.
Cuentan los analistas en sus informes privados, así, que el aumento del déficit, el excesivo endeudamiento de las familias, la nula propensión al ahorro, la excesiva valoración del dólar y la cada vez mayor dependencia de Estados Unidos del flujo de capitales internacionales dejan a la primera potencia económica del mundo en una situación débil y cada vez más vulnerable. Algo similar sucedió antes con otros efectos, como el tequila en México o el tango en Argentina.
Hay analistas que consideran, además, que un posible movimiento a la baja en los tipos de interés, como pregona en las últimas semanas el Fondo Monetario Internacional, servirá para muy poco, porque la crisis es estructural y eso no se arregla con los paños calientes de intereses más bajos.