El chiringuito que estafaba en Bilbao sólo ofrecía el 5%
El chiringuito financiero de Bilbao gestionado por José Antonio Fernández Echezárraga recogía los ahorros de sus clientes con la promesa de una inversión en renta fija y una rentabilidad media del 5%. Pero luego, Fernández Echezárraga jugaba con esos fondos en Bolsa. Mientras los mercados de valores estuvieron al alza, la doble cara del chiringuito JA Fernández Echezárraga, SL, no quedó al descubierto, pero las fuertes caídas de las acciones en el parqué en estos dos últimos años revelaron el fraude. Medio centenar de afectados han visto esfumarse ahorros de 3,01 millones.
El pasado 20 de septiembre, el asesor vizcaíno viajó, sin vuelta, a Brasil, el país natal de su segunda mujer. El 23 de septiembre, sus dos secretarias se encontraron en la oficina una nota de despedida. Y cinco días después vinieron a llevarse los muebles, que Fernández Echezárraga había vendido. También le dio tiempo a enviar una carta a sus clientes (ver reproducción) que la recibieron el 30 de septiembre. El texto de la misiva es el siguiente: 'Tengo el doloroso deber de comunicarte que tus inversiones, en obligaciones de Telefónica, se metieron en fondos de inversión de Bolsa a la espera de la compra de los títulos, y se han perdido'.
Continúa: 'Asumiendo totalmente mi responsabilidad, te garantizo, en este momento, el cobro del 50% de las cantidades invertidas con mi casa. El resto espero devolvértelo lo antes posible. Recibirás comunicación escrita del notario con la cantidad confirmada y la garantía hipotecaria'.
Con la carta en la mano, los clientes de Fernández Echezárraga se han dirigido estos días a la oficina de la asesoría, que abrió sus puertas en 1999 y que ahora presenta un aspecto desolador. Todos desconocían que su dinero se hubiera invertido en Bolsa. Desde los tres bufetes de abogados de Bilbao que llevan el caso se confirma la existencia del piso, pero añaden que el valor del mismo, ubicado en la plaza del Ensanche, en Bilbao, apenas llega a 721.000 euros.
Fernández Echezárraga tenía esta vivienda en una de las zonas más caras de Bilbao, a escasos 15 metros de su oficina. Aficionado a las vacaciones en Marbella y a los coches de gama alta, nació en Baracaldo (Vizcaya) hace 50 años, y en la década de los ochenta trabajó para Serfinor, una asesoría de inversiones que tuvo un escándalo financiero. La mayoría de los estafados son de clase social media, aunque algunos han llegado a perder 420.00 euros. Aficionado a la esgrima, a Fernández Echezárraga también le gustaba la pelota vasca. A uno de los corredores de apuestas de un frontón de Bilbao, donde se jugaba el dinero, le ha dejado un agujero de 24.000 euros.