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Incertidumbre

La necesidad de una segunda ronda en Brasil inquieta a los mercados

Los bonos de la deuda brasileña perdían ayer casi el 2%, mientras el dólar trepaba a 3,70 reales luego de su continuada caída de la semana pasada. El índice Bovespa, de la Bolsa de São Paulo, perdía un 3,65% y el riesgo-país, que hasta el viernes venía en descenso, superó ayer los 2.000 puntos básicos.

La victoria de Lula, con el 46,4% de los votos emitidos, fue neta. Serra, su principal competidor, obtuvo la mitad, el 23,1%, en tanto que Garotinho se alzó con el 17,8% y Gomes con el 12%. Brasil y los inversores locales y extranjeros han pasado de cierta euforia a la incertidumbre. Lo que se preveía un triunfo en la primera ronda se ha transformado ahora en una larga espera de tres semanas, en las cuales muchas cosas pueden ocurrir.

En primer lugar, que el país no logre superar los vencimientos de deuda que debe afrontar. Los inversores ya tienen su atención puesta en la capacidad del Gobierno de Cardoso para lograr convencer a los tenedores de bonos del Tesoro de que acepten refinanciar 21.000 millones de reales (unos 5.675 millones de euros) que vencen en 10 días, junto con otros 1.700 millones (460 millones de euros) en seguro de cambios. Una segunda prueba tendrá lugar el 16 y 17 de octubre, con vencimientos de deuda atada al valor del dólar y en dólares, por valor de 14.400 millones de reales (3.900 millones de euros) y 6.400 millones (1.730 millones de euros), respectivamente.

Fuertes vencimientos

'Brasil no ha tenido un día de amortizaciones de esta dimensión en mucho tiempo, y el fracaso de la semana pasada para la refinanciación de vencimientos es una cuestión menor al lado de lo que viene', dijo Christian Stracke, de Credit Sights Inc., una consultora de mercados emergentes de Nueva York.

Por su parte, Standard & Poor's dijo que la calificación de crédito de Brasil dependerá de que haya un amplio respaldo político a una orientación fiscal estricta y a la continuidad de las reformas bajo el nuevo gobierno que surgirá de las urnas el 27 de octubre.

Pero Lula dijo ayer que el responsable de calmar a los mercados no es él, sino el Gobierno de Cardoso.

'Espero que con la responsabilidad que debe tener un Gobierno, el Gobierno trate de cuidar de las cuestiones económicas para serenar los ánimos del mercado' hasta que se defina la elección, dijo Lula en una rueda de prensa, consciente de la situación de incertidumbre en los mercados.

Por su parte, el presidente del PT, José Dirceu, afirmó que 'vamos a conseguir que el 76% de los brasileños que votaron a Ciro, Garotinho y Lula estén juntos en el segundo turno. El país votó por la oposición y por los cambios'.

La posibilidad de un triunfo de Serra en la segunda ronda está casi descartado, ya que, luego del apoyo que ayer le brindó Gomes, Lula contaría con más del 58% de los votos. Garotinho, sin embargo, ha dicho que no cederá los sufragios de sus electores si el PT no se libra de 'esas alianzas con la derecha', en clara referencia a la candidatura a vicepresidente de Alencar y a los acuerdos con el ex presidente de centro-derecha José Sarney.

Pero algunos columnistas de los principales periódicos de Brasil han dicho que lo que Garotinho exige a Lula no es, en verdad, un giro político, sino la presidencia de la petrolera estatal Petrobras.

Pero la preocupación de los mercados está más allá de este juego político de corto plazo que, además, no va a alterar el resultado final tras el apoyo de Gomes a Lula.

La debilidad de Wall Street y las preocupaciones de que la economía de Estados Unidos tarde en recuperarse más de lo previsto son un factores que también podrían ahuyentar las inversiones en los mercados emergentes. El director ejecutivo de Bear Stearns, Michael Pettis, aseguró ayer, por ejemplo, que Brasil 'caerá este año en un proceso de cesación del pago de su deuda'.

Mientras tanto, el Gobierno de Cardoso no ha emitido ninguna valoración sobre el resultado electoral. Es probable que, a estas horas, sus responsables económicos trabajen contra el tiempo para garantizar los pagos de la deuda.

Los inversores españoles tienen mucho en juego

 

Argentina fue la puerta de entrada para las inversiones españolas en América Latina. El monto de éstas, de unos 40.000 millones de euros, sirvió no sólo para obtener grandes beneficios de ese país, sino también para entrar en el apetecido Mercado Común del Sur (Mercosur). Una década más tarde, la crisis argentina ha colocado en una difícil situación patrimonial y bursátil a las grandes compañías españolas allí presentes.

 

 

 

 

 

 

 

Sin embargo, la apuesta española por Brasil ha superado hace ya tiempo a la realizada en Argentina. Con unos 50.000 millones de euros en inversiones en el coloso de Suramérica, la empresa española se está jugando mucho en ese país.

 

 

 

El desenlace de la lucha electoral tendrá una importancia clave para la resolución o el agravamiento de la crisis de la deuda brasileña. El año pasado, más del 25% de las inversiones españolas en el extranjero fue a parar a Brasil.

 

 

 

Telefónica tiene una presencia muy destacada en el mercado brasileño. De igual o mayor importancia, por su exposición, es la posición del SCH, propietario del Banco do Estado de São Paulo (Banespa), que ocupa el cuarto lugar entre los grupos financieros, con una inversión de poco menos de 6.000 millones de euros en menos de cuatro años.

 

 

 

El BBVA también tiene presencia en Brasil, con inversiones menores a las del SCH, por alrededor de 5.000 millones de euros, frente a 25.000 millones de su competidor. El principal riesgo del Santander son sus tenencias de títulos públicos, que suponen el 30% de su cartera total.

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