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El pulso exterior

Las expotecnias, un instrumento de plena validez

Se han publicado recientemente algunos comentarios sobre el futuro de las expotecnias, preocupados por su posible abandono como instrumento de promoción comercial. Permítaseme coincidir con esta preocupación, por otra parte infundada; el abandono de un instrumento de tan larga tradición sería un grave error por parte de cualquier Administración y nadie de los que tenemos responsabilidad en su organización hemos pensado en su desaparición.

Las expotecnias, y en general las grandes exposiciones singulares españolas, dentro de las que cabría incluir a las Expoconsumo o las Expohabitat, son manifestaciones que ayudan a transmitir a otros mercados el nivel de competitividad que nuestros productos y servicios han alcanzado en los últimos años y que nos permiten hoy día tener una cuota en el comercio mundial de 2,06%.

Como todo programa de promoción, las expotecnias tienen que ajustarse a una realidad comercial progresivamente cambiante. La España de 2002 nada tiene que ver con la realidad económica española de hace 25 años, ni los mercados mundiales de hoy se parecen a los de entonces. Por ello, hemos estudiado conjuntamente con nuestros colaboradores, las asociaciones de exportadores industriales, cómo adecuar este instrumento a la realidad de los mercados internacionales del año 2002.

En estos últimos años, el sector servicios, dentro del que están incluidas las ferias comerciales, ha conocido una expansión espectacular. Hemos visto también cómo en muchos países las ferias de carácter general desaparecían para dar paso a multitud de salones especializados por sector, y así, las ya tradicionales ferias generales vinculadas a las ciudades se han convertido en un abanico de ferias monográficas de sectores altamente especializados.

Organizar una feria exclusivamente española supone una importante inversión, no solamente por lo que a transporte, alquileres y decoración se refiere, sino también por el enorme esfuerzo requerido al convocar a un número de potenciales compradores en un lugar y unas fechas determinadas. Cuando el Instituto Español de Comercio Exterior encuentra un certamen especializado en un país, siempre prefiere, por razones de economía de la inversión y de eficacia comercial, exponer allí donde ya están los compradores y no crear un canal paralelo, con los riesgos y costes que ello conllevaría.

Así ha sucedido en Shanghai, en 2002, donde se estaba considerando la posibilidad de realizar una expotecnia española, y que gracias a la inversión en un magno recinto ferial construido por las ferias de Hannóver, Francfort y Düsseldorf, y las instituciones chinas, ha ido posible el lanzamiento de varias nuevas ferias industriales, en varias de las cuales hemos organizado pabellones españoles, así como en otros nuevos certámenes que han surgido en los últimos meses en otras ciudades chinas. Esta nueva situación nos ha llevado a los responsables del instituto a sacar partido así de los nuevos canales comerciales profesionales creados recientemente.

De este modo, estamos considerando, además de continuar haciendo las expotecnias de corte clásico, llevar adelante manifestaciones plurisectoriales de ámbito más reducido, por ejemplo tres o cuatro sectores conexos, que permitan agrupar una oferta interesante para el país objetivo, bien porque su alcance más reducido se adecue a la dimensión de mercados más pequeños -la expotecnia clásica exige un mercado de dimensión notable-, bien porque en ciertos casos la especialización demanda respuestas a nichos de mercado concretos.

Paralelamente, estamos intensificando la presencia de pabellones españoles en ferias internacionales industriales, lo que nos permite, utilizando un canal ya preestablecido, invertir fuertemente en una presencia española de mayor importancia. Tal ha sido el caso de la feria de Poznan (Polonia) en el año 2000, o la IETF de Nueva Delhi, en las que fuimos país invitado. También hemos extendido el modelo de macroferia española a sectores como el de los bienes de consumo de carácter general, Tokio 1998, y el de equipamiento de hogar, en particular, en la Expohabitat de Shanghai en 2000 y como tenemos intención de repetir en otro país el próximo año.

Las manifestaciones exclusivamente españolas son eventos que requieren una altísima inversión y, aunque sus efectos sobre la imagen de España son claros, su muy alto coste es algo que el instituto y sus responsables valoramos con obligada prudencia. Las consideraciones económicas de gestión presupuestaria del instituto obligan, como a todo gestor responsable, a valorar cuidadosamente las inversiones que realizamos, más aún si, como es el caso del Icex, las acciones de promoción se hacen en régimen de coinversión con las empresas que en ellas participan. Nuestros mercados naturales han desarrollado sus esquemas feriales especializados y es por esa vía por la que la actividad profesional del instituto debe caminar. No obstante, que no se preocupen aquellos que teman no seguir viendo a España organizar exposiciones monográficas exclusivamente españolas en los próximos años, aunque eso sí, sólo las verán en aquellos países y circunstancias en los que la oportunidad para las empresas españolas, y un cuidadoso control del gasto, así lo aconsejen.

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