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Arbitraje

La empresa que compró Dimoni se enfrenta con el ex propietario

La empresa holandesa Exact Software y el ex propietario de Dimoni Software Juan José Trilles han recurrido a un tribunal de arbitraje para dilucidar las discrepancias sobre el precio final de la compañía española, adquirida en el año 2000 por la empresa holandesa.

Exact Software ha expresado sus dudas sobre la veracidad de las cuentas presentadas por Dimoni en el periodo de julio de 2000 a junio de 2001 y sobre los que se basaba parte del precio acordado por las dos compañías en el contrato de compraventa. Tanto la filial de la empresa holandesa en España Exact Software Spain como Juan José Trilles han declinado hacer cualquier tipo de manifestación a este periódico amparándose en una cláusula de confidencialidad.

Exact Software cerró la compra de Dimoni, empresa radicada en Gandía (Valencia) en febrero de 2000. Según el contrato, Juan José Trilles, que poseía el 98% de la compañía, recibiría 24 millones de euros, parte en metálico, y el resto en acciones de la matriz holandesa. Sin embargo, un tramo del precio era variable y dependía de los beneficios que obtuviera Dimoni en el periodo que va de julio de 2000 a junio de 2001.

Según fuentes conocedoras del proceso, los resultados de este periodo, en el que Trilles continuó de presidente a petición de Exact, son muy superiores a los que ha registrado la compañía en los últimos ejercicios, lo que eleva considerablemente la cantidad final que debería percibir Trilles por la venta. Este periódico no ha podido saber cuál es la diferencia sobre el precio estimado inicialmente -calificada de 'notable' por las fuentes consultadas-, ni el polémico aumento de los beneficios, ya que las cuentas aún no están depositadas en el registro mercantil de Valencia.

El aumento de los resultados y el hecho de que al final de dicho periodo las ventas volviesen a términos normales hicieron despertar las dudas de Exact Software, que pidió dos auditorías independientes sobre las cuentas para abrir una negociación con Trilles, según recogía los términos del contrato de compraventa. Sin embargo, y siempre según las mismas fuentes, el plazo marcado para la negociación culminó antes de conocerse los resultados y Trilles acudió al Tribunal de Arbitraje para requerir el cobro de las cantidades adeudadas.

A pesar de que el plazo para el arbitraje concluyó antes del verano, la complejidad del caso ha llevado a las partes a pedir un aplazamiento, y se espera que la resolución del mismo se alargue en el tiempo.

Bolsa y ventas ficticias

A pesar de que en las alegaciones que constan en el proceso de arbitraje Exact Software pide que se revisen determinadas partidas y criterios contables de las cuentas de Dimoni, en el fondo la compañía holandesa teme que Trilles inflase las ventas de forma artificial. Por su parte, el ex presidente de Dimoni -dejó su cargo en mayo de este año- defiende, según ha podido saber este periódico, que su gestión ha sido impecable y que estaba controlada por personal de Exact.

Al mismo tiempo, estas fuentes han hecho notar que el precio de las acciones de Exact Software que recibió como parte del precio han pasado de 90 euros de febrero de 2000 a los 9,8 euros en que se pagaban en la Bolsa de Amsterdam el pasado viernes.

Durante este tiempo, Exact ha trasladado la sede de Dimoni desde Gandía a Valencia y no se descarta que centre allí su producción.

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