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Análisis de Coyuntura

Estabilización de los índices de confianza en la zona euro

La confianza familiar e industrial había empeorado en la zona euro a partir de junio, debido fundamentalmente a un aumento de la incertidumbre a nivel internacional. El temor de que los últimos datos estadounidenses reflejaran una recuperación más lenta de lo previsto, como parece ser, o incluso la posibilidad de que se produzca un nuevo episodio recesivo han pesado sobre las expectativas de productores y consumidores a escala internacional. Pero el deterioro parece haberse estabilizado.

También hay factores diferenciales en la evolución de la confianza de consumidores y empresarios. La confianza familiar se ha visto afectada por dos elementos adicionales que han deteriorado su renta real disponible: a) la creciente debilidad del mercado de trabajo, con un número de desempleados que aumenta mes a mes, y b) el aumento de la inflación. Este último efecto se ha visto acrecentado por la percepción generalizada de que las consecuencias inflacionistas de la introducción física del euro son más importantes de lo que se esperaba.

En cambio, el pesimismo empresarial no se ha apoyado sustancialmente en factores objetivos como el nivel de producción o las carteras de pedidos, ya que éstos no han empeorado significativamente en este periodo.

El dato de confianza empresarial de septiembre reproduce este mismo panorama. Aunque el índice general ha repetido el bajo nivel de agosto, ello se ha debido exclusivamente a una leve caída de las expectativas de producción futura. En cambio, las carteras de pedidos han aumentado ligeramente, tanto las exteriores como las totales. La producción reciente también ha mejorado, recuperando un valor similar al de julio, de forma consistente con los signos de reactivación en los índices de producción industrial.

Por su parte, la confianza familiar mejoró en septiembre, gracias a una reducción de las expectativas de paro futuro, que se ha traducido en mayor optimismo respecto a la situación para el próximo año.

La inestabilidad en el contexto internacional hace difícil prever la evolución de la confianza en los próximos meses, de la que depende en gran medida la vuelta del consumo privado a tasas de crecimiento más altas y la recuperación del ritmo inversor de las empresas.

El panorama económico internacional ofrece signos mixtos

 

En Estados Unidos, el ISM (indicador adelantado de actividad industrial) cayó en septiembre por cuarto mes consecutivo, situándose en menos de 50 puntos, nivel por debajo del cual se considera que el sector está en recesión. Esto contrasta con los buenos datos de pedidos de bienes duraderos y pedidos de fabrica.

 

 

 

 

 

 

 

Ello pone de manifiesto que, pese a las señales negativas de algunos indicadores (especialmente expectativas), la industria se está recuperando. En cambio, los indicadores de construcción siguen sin mejorar: en agosto el valor de la construcción total volvió a defraudar y sigue cayendo a un ritmo (2,8%) similar al del segundo trimestre (2,6%).

 

 

 

En la zona euro, el dato preliminar del IPC volvió a reflejar tensiones inflacionistas en septiembre: la inflación interanual se elevó una décima, hasta el 2,2%, la más alta desde abril. Las ventas minoristas de julio sorprendieron favorablemente, tras dos meses de desviaciones negativas. Se ven, además, signos de mejora en la tendencia subyacente de la serie que, de confirmarse, mejorarían bastante las expectativas de crecimiento.

 

 

 

En España, las matriculaciones de vehículos descendieron en septiembre un 5,0% (superando levemente nuestra previsión). Entre enero y septiembre, el indicador ha caído un 8,8% y su tendencia cae de forma sostenida desde inicios de año.

 

 

 

El sector exterior brasileño ofreció buenas noticias en septiembre: las exportaciones crecieron un 36,5% interanual (motivado por la depreciación del real) y las importaciones frenaron su ritmo de contracción (mejorando las previsiones para la demanda doméstica). El saldo móvil comercial es positivo desde mayo de 2001 y no era tan cuantioso desde mayo de 1990.

 

 

 

En Chile, la producción industrial sorprendió negativamente en agosto al caer un 1% interanual. Este dato debe tomarse con cautela porque este año agosto tuvo un día laborable menos.

 

 

 

En México, el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) en julio superó nuestras expectativas. Este indicador adelantado del PIB creció un 2,7% interanual. Este es un muy buen dato si tenemos en cuenta que el crecimiento del IGAE en el primer semestre del año fue del 0,1%.

El consumo en Estados Unidos se mantiene

 

El índice de confianza de los consumidores de EE UU ha caído en septiembre por tercer mes consecutivo, situándose en el nivel más bajo desde diciembre de 2001. Estos datos preocupan especialmente porque la actitud de los consumidores es lo que ha permitido que en el primer semestre se produzcan aumentos sostenidos en la producción. Con la negativa evolución del mercado bursátil y el alto grado de endeudamiento, un mayor pesimismo de las familias podría producir un cambio drástico en su conducta que dé al traste con el crecimiento del consumo y la inversión residencial. Aunque ha aumentado el riesgo de que este conjunto de factores pueda producirse, lo cierto es que los datos de consumo de julio y agosto han sido buenos. En julio el consumo privado creció un 3,8% interanual y en agosto, un 3,6%. De cumplirse nuestra previsión para septiembre, el consumo cerrará el tercer trimestre con un crecimiento del 4% (3,1% en el segundo), reflejando un buen ritmo que es importante para estimular la producción en los sectores que se han debilitado recientemente.

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