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Agricultura

Fischler arguye la falta de seguridad alimentaria para reformar la PAC

En su gira europea para explicar las bondades de su propuesta de reforma de la política agraria comunitaria, el comisario Franz Fischler recaló el pasado viernes en Madrid y dijo que más de la mitad de los españoles no confía en que el actual modelo agrario garantice alimentos seguros, (un 57%), según datos del Eurobarómetro. Y ello es así porque 'los contribuyentes examinan cada vez de forma más crítica el destino que se le da a su dinero', sostiene el comisario.

Además, la agricultura comunitaria necesita reforzarse ahora; esto es, demostrar su utilidad mediante la garantía sanitaria y cualitativa de los alimentos, la conservación del medio ambiente y la fijación eficaz de población rural, porque, de continuar con este modelo al que 'los consumidores conceden poca credibilidad', los debates sobre la financiación comunitaria fijados para 2007 cercenarán sin piedad el presupuesto agrario.

Y, por último, según el rosario de argumentos del comisario, la actual política agraria distorsionadora del comercio tendrá, inevitablemente, que revisar su presupuesto a instancias de la Organización Mundial del Comercio cuando en la Ronda de Doha, en 2004, se cuestionen los pagos directos sin compensación para nuestros agricultores.

Por todo ello, es obligado 'disociar los pagos directos de la producción y reforzar la política de desarrollo rural', o sea, reformar el actual modelo de organización de la agricultura comunitaria: la PAC. Y hay que hacerlo logrando que sea rentable la calidad, la protección al medio ambiente y de los animales.

Fischler, que deja caer como de pasada cada vez que aborda este debate que España es la mayor perceptora de ayudas agrarias (tras Francia), se apoya en dos pilares para lograr sus propósitos reformistas: la disociación de las ayudas agrarias de la producción (desacoplamiento) y un recorte de los fondos directos percibidos por los agricultores en función de su volumen de subvenciones (modulación).

El primer concepto es defendido por el comisario austriaco en términos comerciales : el agricultor no estará obligado a seguir produciendo lo que hoy en día ni siquiera sirve, en muchos casos, para cubrir sus gastos, sino única y exclusivamente lo que pueda vender en el mercado.

Por su parte, la modulación es defendida por Fischler para reorientar fondos restados a las ayudas directas hacia la política de desarrollo rural, ante el convencimiento de que es 'una pura ilusión creer que podemos aumentar el presupuesto agrario' en la futura Unión Europea.

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