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Control en la Red para embarazos de alto riesgo

María Jesús, embarazada de ocho meses y con riesgo de parto prematuro -con gemelos-, conecta todas las semanas su ordenador con el domicilio del doctor Vicente Espinosa, al que informa mediante videoconferencia de cómo se encuentra. Tras el breve diálogo y sin cortar la comunicación, Teresa enciende el ecógrafo portátil que tiene en casa y sigue las instrucciones del doctor. æpermil;ste ve en la pantalla la ecografía con una nitidez muy parecida a la de una ecografía normal.

'Hay que mejorar un poco la velocidad de los latidos del corazón del feto, que llegan un poquito lentos', advierte. Eso y la posibilidad de que el doctor pueda mover el puntero en la pantalla -ahora lo hace la madre- para medir el feto son los próximos retos de Ono y del equipo de Telemedicina de la Universidad Politécnica de Valencia, que están llevando a cabo este proyecto con la colaboración de la firma japonesa Aloka, que ha cedido los ecógrafos.

No obstante, la calidad de la imagen es 'alta', según el doctor, por lo que el teleembarazo resuelve el mayor problema de las mujeres en estado con riesgo de aborto o de parto prematuro, que es la incompatibilidad entre el reposo absoluto que deben guardar y las continuas visitas al médico. El programa informático incluye una ficha que almacena toda la información del seguimiento del embarazo.

Vicente Espinosa tiene desde hace un año el ecógrafo de su consulta particular conectado en red con su consulta del hospital privado 9 de Octubre de Valencia. Lo difícil de este proyecto era, por un lado, conseguir una buena resolución con ecógrafos portátiles y, por otro, que las embarazadas fueran capaces de hacerse ellas mismas la ecografía. Ambos objetivos se han conseguido con las cuatro mujeres con las que se ha hecho el experimento. Dos de ellas han dado a luz recientemente y sus ecógrafos se van a ceder a otras embarazadas.

Según el director del programa Pistacable de Ono, José María Asenjo, 'estamos estudiando con el hospital 9 de Octubre un sistema de explotación adecuado, en el que lo normal sería que el hospital comprara los equipos y los cediera a los pacientes como un servicio más'. Cada equipo, que incluye PC, tarjeta de videoconferencia y ecógrafo, cuesta en torno a los 6.000 euros y tendría una vida de 10 años.

Ono y la Politécnica de Valencia están desarrollando otros proyectos relacionados con la teleasistencia, como telecardiología, en la que los enfermos del corazón pasan un chequeo desde casa, y telerrehabilitación del habla.

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