El mercado apuesta por una segunda vuelta en las elecciones de Brasil
Banqueros, empresarios y políticos coinciden en dar a Lula como próximo presidente del país, según una encuesta divulgada ayer. Pero el dirigente petista sigue sin convencer a los mercados. Aunque los inversores comienzan a asumir que Lula será el vencedor de las elecciones del domingo, todavía confían en que no alcance la mayoría absoluta en la primera ronda y forzar una nueva votación, el 27 de octubre, entre Serra (su claro favorito) y Lula.
De ahí que el real esté sometido a una gran volatilidad desde hace semanas, por el choque entre el deseo de los inversores y la realidad que arrojan las encuestas. En las dos últimas jornadas, el banco central se ha visto obligado a intervenir en el mercado para frenar la depreciación de la divisa y, gracias a millonarias sumas de dinero, el real cotiza ahora a 3,7 unidades por dólar, con una ligera recuperación respecto a la semana pasada.
Para intentar asegurar la victoria de Lula en la primera vuelta de la elección presidencial que tendrá lugar el próximo domingo, un grupo de dirigentes de la izquierda brasileña lanzó ayer una curiosa iniciativa. La denominada 'maniobra de último momento' pretende que el candidato del Partido Popular Socialista, Ciro Gomes, y el líder del Partido Socialista Brasileño, Anthony Garontinho, retiren sus candidaturas, todas ellas de izquierdas, y apoyen al dirigente del también izquierdista PT.
'El deber de los oponentes es unirse tanto como sea posible, aunque en el último momento, para asegurarle al candidato líder de la oposición los pocos votos que puedan faltarle para ganar la elección en la primera ronda', aseguraba en un artículo periodístico Mangabeira Unger, artífice del programa electoral de Gomes y uno de los dirigentes que encabeza este movimiento.
Muchos militantes de los partidos de izquierda temen que, si hay segunda vuelta, la unidad de las fuerzas políticas conservadoras en torno al delfín del presidente Fernando Henrique Cardoso, el socialdemócrata José Serra, puede vencer a Lula.
La depreciación del real tiene un efecto negativo para las cuentas públicas, al encarecer el servicio del pago de la deuda, y positivo sobre el comercio. El Gobierno anunció ayer que el superávit comercial en septiembre alcanzó los 2.480 millones de dólares (2.530 millones de euros), récord mensual absoluto gracias a la pérdida de valor de la divisa y el aumento de las exportaciones agrícolas. Así, el superávit comercial acumulado en el año asciende a 7.858 millones de dólares (8.015 millones de euros), notablemente por encima del saldo positivo de 2.640 millones de dólares (2.692 millones de euros) registrado en 2001.
La inestabilidad que atraviesa Brasil mantiene en vilo a las economías de la región, incluso a las más sólidas como Chile y México. Un grupo de expertos que colabora con el Banco de México rebajó ayer sus previsiones de crecimiento para 2002, desde el 2% que estima el Gobierno al 1,58%, como consecuencia de la debilidad generalizada en la región. El presidente del Banco de Chile, Carlos Massad, reconoció que el futuro de la economía brasileña sigue siendo un riesgo para Chile, porque los inversores elevarán la percepción de riesgo sobre todos los mercados emergentes.