La CE apuesta por dar una segunda oportunidad al empresario fracasado
Hacer una legislación en pro de la reestructuración empresarial y del nuevo comienzo tras la crisis, que los acreedores prefieran el rescate de la empresa frente a su liquidación o fomentar las uniones de empresarios para ayudar a compañías que fracasan son algunas de las buenas prácticas que guiarán las futuras medidas para lograr la supervivencia de las empresas.
Según Erkii Liikanen, comisario europeo para la empresa y la sociedad de la información, 'es preciso reducir el estigma del fracaso y ofrecer a los emprendedores que no logran su intento la oportunidad de comenzar nuevamente desde cero'. Desde la UE es prioritario eliminar obstáculos que impiden al empresario fracasado volver a empezar. Así, por ejemplo, en España, los quebrados no pueden ejercer el comercio hasta que obtengan su rehabilitación o lo autorice la junta de acreedores.
Otro de los puntos clave es potenciar los acuerdos extrajudiciales. Los expertos consideran que deben estimular el préstamo a empresas que puedan ser viables y fomenten la inversión en ellas. Estos acuerdos deben impulsarse por el sector financiero de cada país, en particular donde la insolvencia es sistemática.
Sobre la legislación que sustente la insolvencia, se señala que debe otorgar un trato equitativo a los acreedores en condiciones similares, debe contener disposiciones sobre insolvencias transfronterizas y reconocer los regímenes de otros países. Si, finalmente, una empresa no es viable, ha de facilitar una liquidación rápida que permita obtener tanto efectivo como sea posible.
Según se recoge en la última publicación de la Dirección General de Empresa de la Comisión, países como Bélgica o Alemania, que en 1997 y 1999 modificaron, respectivamente, su legislación de insolvencias, o Austria, donde el 40% de las quiebras termina en reestructuración y el papel de los tribunales es meramente funcional, ofrecen ejemplos de buenas prácticas a seguir. En Francia, la asociación Re-créer fomenta el intercambio de información entre futuros emprendedores y quienes han fracasado en el intento. Y en Holanda el banco ING respalda a quienes, pese haber fallado una vez, tengan un futuro prometedor. En España, la futura Ley Concursal responderá a parte de estas orientaciones al modificar la legislación actual, que data del siglo XIX.