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Crear una empresa en 24 horas

El Gobierno ha elaborado el Proyecto Nueva Empresa que se aprobará a finales de año. Permitirá registrar una empresa en un día, diferir impuestos dos años o simplificar la contabilidad

Imagine que tiene usted una gran idea para un negocio y que el Estado aprecia tanto su talante emprendedor que le permite constituir su empresa en sólo 24 horas. Suponga que le facilita hacerlo con un único documento electrónico y que se da por satisfecho con que usted visite una única institución para hacer todos los trámites. Además, ya puestos a elucubrar, imagine que el Gobierno le permite diferir impuestos hasta que su negocio sea sólido, le deja llevar un nuevo tipo de contabilidad mucho más simple, le ofrece toda clase de asesoramientos, le resuelve los conflictos con los otros socios, evalúa si puede usted internacionalizarse y le ofrece microcréditos sin pedirle avales...

Pues no, no es economía-ficción. Todo eso ocurrirá, salvo imprevistos, antes de que empiece el año próximo, y tiene nombre. Es el Proyecto Nueva Empresa. Según el vicepresidente Rato, el 68% del empleo que se crea en España es absorbido por las pymes y el ministerio calcula que en el país existen 2,5 millones de empresas pequeñas y medianas, el 99% del total. El Proyecto Nueva Empresa, coordinado por la Dirección General de pymes del Ministerio de Economía, se ha puesto en marcha, primero, porque los estudios dicen que la mortalidad de las empresas pequeñas es muy alta en los primeros años de existencia. Según datos del ministro, cuatro de cada 10 empresas desaparecen en los cuatro primeros años, una cifra que alcanza el 49% para las que no tienen asalariados.

Pero además, desde junio del año 2000, las recomendaciones de la Unión Europea señalan que es imperativo simplificar los trámites exigidos para la constitución de empresas, adaptar a sus necesidades la normativa fiscal y contable y mejorar sus instrumentos de financiación.

En el origen de esta iniciativa se encuentra el hecho de que para los anglosajones, y especialmente en un país tan poderoso como Estados Unidos, es muy fácil la creación de empresas porque casi no tienen derecho escrito. Semejante rapidez, característica de algunos de nuestros grandes rivales económicos, es dañina para la competitividad de las economías europeas.

El proyecto Nueva Empresa prevé tres instrumentos para apoyar la creación de pymes. Primero, se creará un Centro de Información y Red de Creación de empresas, el Circe, formado por una telaraña de puntos que asesorarán a los emprendedores durante sus primeros años de actividad. Esos servicios de consulta que deberán lanzar las Cámaras de Comercio, las asociaciones empresariales o las Administraciones, serán accesibles desde todas partes a través de Internet. Pero, además, los nodos del Circe también permitirán tramitar la constitución de nuevas empresas mediante un documento único electrónico o DUE, que tendrá una doble ventaja: será un archivo electrónico y además unificará en un solo formulario todo el papeleo que hasta ahora era necesario.

En realidad, la simplificación de trámites es una de las ambiciones principales del proyecto Nueva Empresa. Por vía telemática será posible concluir el proceso de constitución en tan sólo 24 horas, mientras que hoy en día se tarda casi dos meses y se obliga a los empresarios a leer y digerir medio centenar de folios. Cuando el proyecto se encuentre en funcionamiento, se pasará de tener que rellenar 20 formularios a solamente uno, y las ocho visitas a diversos organismos que ahora son imprescindibles serán sustituidas por una única comparecencia ante el notario.

El procedimiento será muy simple. Una vez completado el documento único electrónico en uno de los puntos del Circe, habrá que enviárselo al notario por Internet. Ese fedatario público podrá entonces, en un solo acto, comprobar el nombre comercial de la nueva empresa, darla de alta en la Seguridad Social y en la Agencia Tributaria, además de pagar los impuestos de actos jurídicos documentados y de actividades económicas. Después, el notario se encargará también de mandar la documentación por Internet, mediante el uso de la firma electrónica avanzada, al Registro Mercantil, que estará obligado a inscribir la sociedad en 24 horas, y en una sección especial reservada para las nuevas empresas, denominadas NE.

Para hacer todo esto sólo se exigirá que los emprendedores cuenten con un número de cuenta bancaria y que acudan al notario a certificar presencialmente la creación de la sociedad. Además, según ha declarado el secretario de Estado de Economía, José Folgado, en las localidades pequeñas se tendrá el cuidado de situar los terminales de creación de empresas del Circe cerca de los notarios para evitar grandes desplazamientos.

Las sociedades limitadas son las que más utilizan los emprendedores para separar su patrimonio personal del empresarial, de modo que el ministerio considera que las nuevas empresas deben ser una forma especial de este tipo de entidades. Por eso, la futura regulación de las nuevas empresas se hará mediante una disposición adicional a la actual Ley de Sociedades de Responsabilidad Limitada. La idea consiste en tratar de introducir a los emprendedores en un régimen societario muy sencillo que les ayude a empezar, y a crecer como empresarios, dentro del derecho de sociedades en lugar de hacerlo como autónomos, y garantizando la separación del patrimonio personal y el empresarial. Y, como todas estas medidas tienen sentido únicamente en los duros momentos iniciales, se ha limitado a tres años el plazo de vigencia de esta nueva forma jurídica que será la Nueva Empresa. Superado ese periodo crítico, los emprendedores podrán abandonar el negocio y disolver la empresa si han fracasado, o de lo contrario, consolidar su proyecto adoptando cualquiera de las formas societarias no simplificadas que ya existen.

Inspirado por ese mismo deseo de simplificar los trámites, el Gobierno piensa elaborar un estatuto social prototípico, con un contenido predeterminado, para favorecer mayor rapidez durante el proceso de constitución. Los emprendedores podrán acogerse a ese modelo si quieren ahorrarse los costes y la dilación que supone contratar una asesoría jurídica especializada. El objeto social propuesto será amplio y permitirá el desarrollo de actividades empresariales distintas, ya que, durante sus primeros años, los negocios tienden a cambiar de actividad. Ese estatuto estándar sólo excluirá la actividad aseguradora, los hidrocarburos, las agencias de valores y las entidades financieras.

Para mejorar la estabilidad de las nuevas empresas se van a fomentar una serie de soluciones arbitrales, aún por perfilar, que permitirán solucionar conflictos de los socios entre sí o con la empresa. Además, se están diseñando órganos sociales de Gobierno simplificados, a través de una sola persona o mediante un órgano mancomunado cuyo nombramiento estará exento de parte de los requisitos vigentes en la actualidad.

La denominación social de la nueva empresa estará compuesta, obligatoriamente, por el nombre y los dos apellidos de uno de los socios, más un código alfanumérico seguido de la denominación NE que indicará su especial naturaleza. El número de socios quedará reducido a un máximo de cuatro, que además deberán ser personas físicas. Asimismo, los socios no podrán vender su participación a personas que no fueran también socios desde el principio.

La nueva empresa deberá tener un máximo de nueve empleados y un capital social de entre 3012 y 70.096 euros. Además, ofrecerá la ventaja sobre las sociedades de responsabilidad limitada de que se permitirán desembolsos parciales de solamente un tercio de todo el capital social. Finalmente, el Gobierno va a implantar un modelo simplificado de contabilidad que exigirá llevar un solo registro en lugar de los tres habituales.

Diferir pagos y otras ventajas fiscales

 

 

 

 

El Ministerio de Economía quiere acelerar y simplificar los trámites para la creación de empresas. También se compromete a mejorar su tratamiento fiscal, aunque las disposiciones que afectan a la imposición dependen de la aprobación del Ministerio de Hacienda. La Dirección General de Pymes ha apoyado la idea de que se pueda diferir el pago del impuesto de sociedades durante los dos primeros años, que es el periodo durante el que las nuevas empresas tienen más escasez de liquidez. A partir del tercer año de actividad, esas empresas podrán amortizar la deuda tributaria generada a lo largo de ocho trimestres. También se permitirá a las nuevas empresas acogerse al sistema de cuenta corriente tributaria que permite compensar deudas entre Hacienda y el contribuyente. Ahora es imprescindible que el empresario se halle al corriente con el fisco en el 40% de los pagos, lo que supone una carga considerable para las pequeñas empresas, de modo que esa restricción se va a modificar. Además, ya fuera del ámbito estricto de las nuevas empresas, pero también de aplicación en este caso, se planean otras medidas fiscales. En la reforma del impuesto de sociedades prevista para este año, se va a mejorar el sistema de doble imposición por dividendos. Rodrigo Rato ha declarado también que el impuesto de actividades económicas desaparecerá para el 90% de las empresas, una modificación que se insertará en la reforma de la financiación local. La primera idea que se maneja para conseguir ese objetivo es aplicar un tipo impositivo del 0% en el IAE para las empresas con beneficios anuales de hasta 18.000 euros. Entre las medidas de apoyo a las pymes que ya se han adoptado hay que recordar que, para las empresas que facturan menos de cinco millones de euros anuales, los primeros 90.151 euros de beneficio tributan al 30% en el impuesto de sociedades, en vez de al 35%. También se eliminará la transparencia fiscal para los profesionales que se constituyan en empresa, de modo que puedan tributar en Sociedades y no en el IRPF.

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