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Golf

Sergio deja de ser El Niño

El golfista ha demostrado su madurez en la Ryder, en la que ejerce de líder deportivo de Europa

Sergio García, con 22 años, ha pegado el primer estirón. Más allá de los 62 golpes del pasado domingo en el WGC American Express Championship que se jugó en Irlanda. Incluso por encima de sus ganancias, que ya superan los 2,8 millones de euros sólo este año, o de la madurez que esta semana ha puesto de manifiesto en la Ryder Cup que mañana termina en The Belfry, Sergio ha dejado de ser El Niño.

El castellonense lleva una carrera meteórica. Cuando dio el salto al mundo profesional, con sólo 19 años, descubrió un mundo que antes sólo había imaginado gracias a las películas americanas. Fama, dinero, casa, un Ferrari y ahora el noviazgo con la tenista suiza Martina Hingis, le convirtieron en una insoportable estrella que, lejos de entroncar con el público, comenzó a alejarse de él.

Era el precio que tenía que pagar quien en tan poco tiempo ha conseguido llegar tan alto. Tal vez la dirección de IMG, la mayor empresa mundial dedicada a la representación de las grandes estrellas del espectáculo, entre las que se encuentra Tiger Woods, ha conseguido moldear su personalidad pública. Sergio ya no sólo habla de golf o de fútbol, es un fan del Real Madrid. Ha aprendido a relativizar las cosas y está de acuerdo en el que 'el golf es un entretenimiento de la vida en la que hay cuestiones mucho más importantes y menos frívolas', admite.

Por primera vez habla de los atentados del 11 de septiembre que le sorprendieron cuando estaba a punto de comenzar el American Express de San Luis (Misuri) que fue suspendido. 'Aquello fue increíble. Desde entonces he visto cómo la vida cambiaba para todos', dice. æpermil;l, que dejó colgados los estudios en COU, apenas había oído hablar de Afganistán. 'Sabía que su capital era Kabul, aunque reconozco que entonces no hubiera sabido situarla en el mapa'.

Sensibilizado por aquellos sucesos, Sergio ya no cierra el periódico, que siempre empieza por la parte de atrás, cuando llega a las páginas de información internacional o a las de economía. 'El mundo, que recorremos a velocidad de vértigo, tiene una diversidad de la que muchos no somos conscientes. Gente que lucha diariamente por sobrevivir, por salir adelante. Situaciones extremas que pasamos por alto'.

Sergio reconoce que 'soy un afortunado, nunca agradeceré lo suficiente la suerte que me ha deparado la vida. La familia, los amigos... cuando hay personas que, por el hecho de haber nacido en otro lado del planeta jamás dispondrán de las mismas oportunidades que nosotros. Se me hace difícil entenderlo. Debemos hacer algo'.

Las emociones vividas en la ceremonia inaugural de la Ryder Cup, competición bienal que tuvo que ser aplazada el año pasado tras los atentados y que este año ha estado en el alero ante la incertidumbre generada alrededor de un posible ataque de Estados Unidos a Irak, dieron paso a la competición. 'Todos queremos ganar. Los dos equipos hemos olvidado aquel golpe para centrarnos en la competición, pero todos sabemos que la vida ha cambiado'. Sergio, que es el líder deportivo de Europa, deja atrás aquel niño, a veces repelente, para dar paso al hombre.

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