Hay que lavar la cara a septiembre

Septiembre de 2002 pasará a los anales bursátiles como el peor mes de la historia reciente, aunque el ritmo que se ha imprimido al rebote técnico en las últimas horas puede reducir de manera notable el saldo negativo final. Quedan aún las sesiones de hoy y del lunes. Los gestores, en fin, se niegan a tirar la toalla, porque su empleo está en juego. Septiembre supone el cierre, también, del tercer trimestre.

La acumulación de caídas en los nueve primeros meses del año han dejado vacías las arcas de muchos fondos de inversión y los bolsillos de millones de inversores. Es plausible, por tanto, el esfuerzo de las instituciones y profesionales por tratar de lavar la cara a un mes pésimo y un año, al menos hasta ahora, peor de lo previsto por los más pesimistas.

Recuerdan los observadores en estos días que las sesiones de cierre de septiembre, como las de junio, que también cierra semestre, se han caracterizado desde siempre por la acumulación de subidas escaparate. Por eso, el esfuerzo hay que administrarlo bien y son media docena de valores, los de mayor capitalización, los que acaparan el interés negociador.

En la coyuntura actual este hecho coincide con un grado de postración extremo en los valores que más influyen en la confección de los índices. Resulta más fácil, por tanto, mover los hilos del mercado.

La ofensiva en marcha se apoya, del mismo modo, en las numerosas posiciones de recompra de futuros y derivados, que tienen un efecto alcista directamente proporcional a la presión bajista que ejercieron en semanas anteriores.

Los observadores más famosos sostienen que la corrección técnica al alza puede continuar hasta la semana que viene siempre y cuando Wall Street lo permita. En las últimas horas ha vuelto a manifestarse el gran riesgo que para los mercados del mundo supone la dependencia de Estados Unidos.