La recaudación tributaria crecerá un 5,5% gracias a los impuestos indirectos
El total de ingresos no financieros del Estado previsto para 2003 asciende a 105.696 millones de euros, lo que representa un aumento del 0,7% respecto a la recaudación estimada para 2002. De nuevo, y tal y como ya ocurriera el pasado año al presentar las cuentas de 2002, este moderado incremento de la recaudación se explica por el mayor peso de la participación de las comunidades autónomas en la recaudación total tras la puesta en marcha del nuevo sistema de financiación autonómica aprobado en julio pasado por el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Así, si se utiliza un criterio de homogeneidad que elimine el efecto del nuevo sistema de financiación, los ingresos impositivos crecerían en 2003 un 5,5% (1,7 puntos menos que en 2002), pero con un comportamiento sensiblemente distinto de sus dos grandes componentes.
Por una parte, los impuestos directos crecerán modestamente a una tasa del 4%, mientras que el incremento de los indirectos se recuperará hasta el 7,4%, más acorde con la senda prevista de moderada recuperación de la demanda interna, favorecida por el impulso sobre la actividad que aportará la nueva reforma fiscal y ante la ausencia de cambios normativos relevantes. El resto de ingresos descenderá un 6,9%, por lo que el aumento del total de ingresos no financieros será de un 4,3%, casi igual al incremento calculado para este año en los mismos términos.
El menor crecimiento que experimentará la imposición directa el próximo año es el resultado final de dos fuerzas de signo contrario: de un lado la menor recaudación está relacionada directamente con la reforma parcial del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) que comenzará a aplicarse desde el próximo 1 de enero; por otro lado, la expansión de las bases imponibles que se contempla como consecuencia del escenario de recuperación económica en el que se enmarca este presupuesto, favorecido además por la transferencia de renta disponible del Estado a las familias que conlleva la citada reforma del IRPF.
Así, la reducción de retenciones que se producirá a partir de enero supondrá una inyección de renta disponible a las familias de igual cuantía, lo que constituirá un factor dinamizador de la actividad, el empleo y el ahorro en la fase inicial de la recuperación económica, originando ingresos adicionales en los impuestos que gravan las rentas del trabajo y del capital (el propio IRPF), los beneficios (a través del impuesto de sociedades) y el gasto (IVA e impuestos especiales, principalmente).
El coste recaudatorio de la reforma fiscal es la causa principal de que el crecimiento de los ingresos previstos por IRPF se reduzca al 2,7% desde el 7,6% estimado para este ejercicio. Esta desaceleración es compatible con una ligera recuperación del crecimiento de la base imponible del impuesto. Así, para las rentas del trabajo, se espera una subida del 6,9%, medio punto superior a la que se estima para este año. También se espera una recuperación de las rentas del capital, tras la negativa evolución de las mismas durante este ejercicio. Pese al impacto de la reforma, el IRPF continuará siendo el próximo año el tributo de mayor poder recaudatorio y también el que, una vez deducidas las participaciones de las comunidades autónomas, aportará más recursos al presupuesto. En cuanto a la recaudación de Sociedades, el incremento será del 7%. Pese a que esa progresión es claramente inferior al 14,5% estimado para este año, el cálculo se ha hecho en el marco de la recuperación de los beneficios empresariales y teniendo en cuenta que los efectos de la nueva normativa sobre reinversión de plusvalías serán menores el año próximo.
El IVA seguirá siendo en 2003 el segundo impuesto en cuanto a recaudación total, pese a la merma asociada a la participación cedida a las regiones, y el tributo que mejor comportamiento registrará en 2003 con un aumento en su recaudación del 8,4%.