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Operación

González ficha al ex regulador de la Bolsa de EE UU como consejero

González ha conseguido uno de sus objetivos más inmediatos en el consejo, la incorporación del primer consejero internacional, el estadounidense Richard Breeden, presidente de la Securities and Exchange Commission (SEC) entre 1989 y 1993. Su incorporación oficial, no obstante, se realizará el próximo 2 de octubre, fecha en la que el BBVA celebrará consejo de administración, y en el que González propondrá la entrada de Breeden como consejero independiente.

Como escenario para celebrar el consejo del BBVA González ha elegido la Bolsa de Nueva York, lugar idóneo para oficializar este fichaje. El consejo mensual del BBVA debería haberse celebrado ayer en Bilbao, pero el banco ha preferido retrasarle para oficializar este nombramiento en su país de origen.

También se aprovechará el acto para presentar a la comunidad financiera estadounidense, y a petición de la Bolsa de Nueva York, el código de gobierno corporativo.

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El fichaje de Breeden era uno de los más esperados por el banco, no sólo porque completa, por el momento, y en los plazos marcados por González, el consejo, que ahora se sitúa en 16 miembros (el máximo establecido es de 18), sino también por la relevante y reconocida trayectoria profesional de Breeden. El BBVA, de hecho, asegura que 'goza de un alto grado de credibilidad en los mercados financieros y de una amplia experiencia en gobierno corporativo'.

Con este nombramiento, el consejo del BBVA está integrado en su mayoría, dos tercios, por consejeros independientes, cuatro de ellos (Breeden, Ricardo Lacasa, Susana Rodríguez y Román Knörr) ocupan las plazas vacantes dejadas por todos los consejeros del BBV.

Breeden, de 52 años, es un experto conocedor del sistema financiero, con una amplia experiencia en materia de gobierno corporativo. Su nombramiento llega en un momento idóneo para el banco, inmerso en la aplicación de su nuevo código, y en el inicio de una nueva etapa, aunque pendiente de la decisión judicial por el caso de las cuentas opacas del BBV.

Breeden. además, le abre al BBVA las puertas de los máximos responsables institucionales del sistema financiero y político norteamericano. No hay que olvidar que Breeden prestó sus servicios en la Casa Blanca en calidad de ayudante del presidente George Bush en 1989, después de haberle servido durante otros tres años cuando Bush ocupó la vicepresidencia.

En su periodo como ayudante de Bush se ocupó de aspectos de la política nacional del país, sobre todo en cuestiones de política financiera, y llegó a ser el responsable de desarrollar el programa del presidente destinado a resolver la crisis de ahorro y crédito inmobiliario de EE UU, consiguiendo el completo saneamiento del sector de ahorro y crédito inmobiliario y su reestructuración. Como presidente de la SEC, supervisó el programa de EE UU de exigencia de información pública para las sociedades cotizadas, el desarrollo de normas de gobierno corporativo a través de las reglas de representación, la supervisión contable y el desarrollo de los nuevos principios de contabilidad. También fue el responsable de la regulación y supervisión de todos los agentes de Bolsa, sociedades de inversión y mercados de valores en EE UU, y abrió el organismo a los mercados internacionales. En julio pasado fue elegido por un juez candidatos para fiscalizar a Worldcom. Desde 1996 es presidente de su propia compañía, una firma especializada en quiebras empresariales.

Apuesta por mantener el dividendo

 

 

 

 

 

 

 

 

Una vez concluido el nombramiento de los consejeros del BBVA (faltan dos fichajes más para completar el máximo que fijan los estatutos del banco, pero que no se ha comenzado a buscar), una de las asignaturas pendientes de González es intentar que el banco recupere valor en Bolsa. Pero este objetivo es bastante complicado en estos momentos, dada la crisis bursátil de todos los mercados y la mala conyuntura latinoamericana.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esta crisis ha sido el detonante de que el banco, lo mismo que el Santander Central Hispano, tuviera que rebajar sus beneficios para el cierre del año en un 10%, frente a un crecimiento previsto del 10%.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El banco está convencido de que, a pesar de este recorte de beneficios, podrá mantener la misma cifra de dividendo del año anterior, lo mismo que mantiene el SCH. De hecho, si existiera alguna variación, ésta no se produciría hasta la junta de accionistas del próximo año, fecha que, dadas las circunstancias, queda aún muy lejos para hacer proyecciones.

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