Köhler y Lavagna se culpan mutuamente por la falta de un acuerdo
El director-gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Horst Köhler, dijo ayer que, si no ha habido hasta ahora un acuerdo con Argentina, es por fallas de su Gobierno y de sus políticos.
Pocas horas después, el jefe de Gabinete del Gobierno de Buenos Aires, Alfredo Atanasof, y el ministro de Economía, Roberto Lavagna, respondieron duramente a las expresiones del máximo ejecutivo del Fondo.
Lavagna consideró que 'ya no hay obstáculos técnicos' que justifiquen la demora del FMI para firmar un acuerdo con su país.
El ministro, que hoy llegará a Washington para participar de la Asamblea Anual del FMI y del Banco Mundial, anunció que su país 'no va a firmar cualquier acuerdo' y que no utilizará sus reservas para hacer frente a un vencimiento de deuda de 250 millones de dólares con el banco el próximo 9 de octubre. Para matizar esta afirmación, Lavagna señaló que 'Argentina va a cumplir, no cabe ninguna duda'.
Pero, de inmediato, siguió adelante con su razonamiento al afirmar que 'puede haber, sí, dudas sobre el cuándo y el cómo. Hay objetivos internos extremadamente importantes y existe también el objetivo de cumplir con las obligaciones externas'. Y, concluyó, 'la única manera de reconciliar esos dos objetivos y cumplirlos simultáneamente es el acuerdo con el FMI'.
Ayer, el Gobierno del presidente Eduardo Duhalde había anunciado que pagará con reservas 329 millones de dólares de tres vencimientos de septiembre con el Fondo, el BID y el Banco Mundial, por lo que las declaraciones de Lavagna parecen marcar un giro importante.
Lavagna y Atanasoff consideraron 'excesivos' los llamados de Köhler para que el Gobierno busque 'consenso político' como condición para firmar un acuerdo.
Sin embargo, el presidente Duhalde sugirió ayer que las elecciones presidenciales convocadas para el 30 de marzo del año próximo podrían ser adelantadas. En declaraciones a un canal de televisión de Brasil, Duhalde admitió que los comicios, si la justicia lo permite, podrían celebrase en 'diciembre o enero'.
Fuentes cercanas al Gobierno dijeron ayer a este periódico que 'las manifestaciones del presidente deben ser matizadas, pues no hay ninguna decisión que modifique el calendario electoral'. Pero otra sostuvo que 'el Gabinete está dividido: algunos quieren seguir como hasta ahora y otros piensan que no va más. Que hay que preparar la retirada'.