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Transporte

Bruselas prohibirá que los Estados concedan más ayudas a las aerolíneas

Los atentados del 11 de septiembre dejaron a las líneas aéreas europeas sin cobertura contra el riesgo de un siniestro provocado por un acto de guerra o una acción terrorista. Las compañías aseguradoras cancelaron las pólizas, se negaron a renovarlas o multiplicaron por 15 las primas. Los ministros de Economía de la UE, reunidos en Lieja (Bélgica) el 22 de septiembre de 2001, acordaron que el Estado, a través de los consorcios de seguros, asumiera durante un mes la cobertura de modo gratuito o mediante el pago de una prima asequible. La medida, considerada entonces extraordinaria, se ha ido renovando mes a mes ante la imposibilidad de que las líneas aéreas pudieran suscribir una póliza a precio de mercado. La Comisión Europea, que dispone de potestad para prohibir o tolerar las ayudas del Estado a las empresas, ha autorizado en cada ocasión el mecanismo por considerar que obedecía a circunstancias excepcionales.

Bruselas estima ahora, sin embargo, que la evolución del mercado asegurador 'difícilmente justifica' la exención parcial de las normas de competencia que ha disfrutado el sector desde septiembre del año pasado. La Comisión desea que el mecanismo, todavía operativo en 12 Estados miembros (entre ellos, España), 'no se prolongue más allá del 31 de octubre', según se lee en el borrador del documento que Bruselas presentará, previsiblemente, a los ministros de Transporte en el Consejo de Ministros que tendrá lugar del próximo 3 de octubre.

'Un creciente número de aerolíneas, aeropuertos y otros proveedores se ha podido ya permitir la suscripción de una póliza en condiciones comerciales', afirma el texto. Seis países (Irlanda, Grecia, Holanda, Austria, Finlandia y Reino Unido han extendido la cobertura, de momento, nada más que hasta el 30 de septiembre. Bélgica, Alemania y Reino Unido han elevado además la prima para acercarla al precio de mercado. La Comisión señala, en cambio, a los Gobiernos de España, Francia, Italia y Portugal como los más remisos o lentos en volver a la normalidad. La Comisión propone la supresión del mecanismo a pesar de que admite que puede dañar la competitividad de las líneas europeas frente a la de terceros países como Japón o EE UU, donde aún continúan otorgándose ayudas.

Cobertura mínima

Pero Bruselas no se conforma con la vuelta a la normalidad. El Departamento comunitario de Transportes que dirige Loyola de Palacio ultima además una propuesta de reglamento que impondrá una cobertura mínima tanto para los pasajeros y las mercancías como para los daños a terceros. Las normas actuales exigen que la línea aérea se encuentre asegurada contra posibles siniestros, pero sin especificar criterios, condiciones ni indemnizaciones mínimas.

El nuevo reglamento, según el borrador elaborado por el departamento de De Palacio, exigirá una cobertura mínima de 250.000 SDR, una unidad contable fluctuante definida en 1969 por el FMI y que el 5 de septiembre equivalía a 1,338 euros. Para daños a terceros, el reglamento también impone una cobertura mínima en función del tonelaje del avión.

La cobertura por daños a terceros de un Airbus de 200 plazas deberá ascender a 400 millones de SDR (unos 298 millones de euros) y a 600 millones de SDR (unos 48 millones de euros) uno de 400 plazas.

Las estadounidenses piden más apoyos al Gobierno

 

 

 

 

A pesar de todas las ayudas, las aerolíneas estadounidenses no sólo no levantan cabeza, sino que siguen avanzando en su crisis. La temporada de verano no ha sido buena, el precio de los carburantes ha incrementado los costes, los problemas y las soluciones aportadas para mejorar la seguridad en los aeropuertos disuaden a los viajeros. Las estadísticas de agosto, que no recogen la caída de tráfico en septiembre coincidiendo con el primer aniversario de los ataques terroristas, señalan que los ingresos por pasajeros han caído un 17,2% con respecto al último buen año del sector (2000) y un 6,6% con respecto al mal año que fue el pasado. Las expectativas pasan porque las pérdidas de las empresas en 2002 empequeñezcan los 7.700 millones de dólares (7.885 millones de euros) que se apuntaron en números rojos el año pasado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Así las cosas, y para enfado de muchas industrias del país que aseguran que el fondo de garantía de préstamos de 10.000 millones de dólares creado el año pasado ha sido ya excesivo, los directivos de esta industria han intensificado sus peticiones de un nuevo apoyo por parte del Gobierno, según informaba ayer The Wall Street Journal.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los presidentes de algunas aerolíneas están reuniéndose con congresistas para convencerles de la necesidad de nuevas ayudas para hacer frente a los costes de seguridad y, sobre todo, el de las primas de los seguros que este año ha elevado la factura pagada por concepto de terrorismo de los 20 millones de dólares del año pasado (20,5 millones de euros) a 900 millones (921,6 millones de euros).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las aerolíneas quieren que el Gobierno suprima su contribución a la seguridad sufragada con un impuesto sobre el billete (2,50 dólares) y que las aerolíneas dicen estar asumiendo por estar inmersas en una guerra de precios.

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