El gasto en I+D y el desarrollo de Internet, las asignaturas pendientes

Todos los estudios consultados resaltan que durante los últimos años España ha desarrollado un proceso de inversión más intenso que buena parte del resto de naciones del entorno europeo para reducir la brecha que existe en la dotación del capital humano y, en especial, en la de capital tecnológico.

No obstante, las cifras sostienen que los avances logrados en cuanto a la dotación de capital humano han sido más sustantivos que los alcanzados en desarrollo tecnológico. En este último caso, además, se aprecia que se está registrado una atonía en las inversiones en I+D, que ha traído consigo la interrupción de la trayectoria de convergencia hacia el promedio de la UE. Todos los expertos resaltan además el largo trecho que queda por recorrer para conseguir una dotación en infraestructuras de Internet acordes con los estándares europeos, de por sí muy alejados de los de EE UU.

De mejorar estos dos grandes retos que tiene por delante la economía española, dicho avance se traduciría en un aumento de la productividad, un factor también muy importante a la hora de medir la convergencia real con Europa. Los datos manejados por Funcas establecen que el 85% del crecimiento de la renta per cápita de los países de la UE desde 1986 a 1999 es atribuible a la mejora de la productividad, mientras la contribución en el caso de España se limitó al 56,6%.

Por ello, los expertos sostienen que la convergencia real debe basarse, en el largo plazo, en incrementos duraderos de la productividad en los países con menores niveles de renta. Y, sin embargo, la convergencia de la renta española con la UE se ha posibilitado casi exclusivamente por la elevación de la tasa de empleo.