Optimismo presupuestario
Si de algo no se puede acusar al proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2003, que el Gobierno aprobó ayer remitir a las Cortes, es de pesimista. Las grandes cifras presentadas por el ministro de Hacienda, primeras que se elaboran según las directrices de la nueva Ley de Estabilidad Presupuestaria, apenas modifican las avanzadas hace meses. El Gobierno prevé que la economía española crecerá un 3% el año que viene y creará 282.400 empleos, el 1,8% más. Respecto a la previsión de liquidación para 2002, los ingresos tributarios (excluidos los ingresos cedidos por el nuevo modelo de financiación autonómica: parte del IRPF, del IVA y de los impuestos especiales) aumentarán en términos homogéneos un 5% y los gastos lo harán un 4%. Las cuentas de 2003 están también marcadas por la nueva rebaja del IRPF, que entrará en vigor el próximo 1 de enero
Estos Presupuestos, elaborados con la hipótesis de un precio del petróleo a 25 dólares por barril, reflejan una lectura optimista de la evolución de la economía española el próximo año. Es más, sugieren que la recuperación comenzará muy pronto, aunque no parece haber razones para ello. Y eso, sin necesidad de recurrir a la incertidumbre por la más que probable guerra de Estados Unidos contra Irak.
Por tercer año consecutivo, los Presupuestos han sido elaborados con el equilibrio en las cuentas de la Administración como objetivo. æpermil;ste vendrá dado, una vez más, por el superávit de la Seguridad Social (0,5% del PIB), que servirá para enjugar el déficit por el mismo porcentaje del Estado y sus organismos autónomos. El Gobierno prevé de nuevo lograr su anhelado déficit cero, que el Plan de Estabilidad y Crecimiento de la UE exige para 2004. La diferencia respecto a otros años es que España puede resultar el único viajero en el autobús de la UE que pague el peaje de perseguir el déficit cero. Un esfuerzo baldío si la recuperación llega más tarde de lo que presume el proyecto.
Las prioridades de inversión del Gobierno para 2003 se sustentan en cinco patas. En seguridad ciudadana y justicia, el gasto crecerá un 7,4% y un 6,7%, respectivamente, mientras que el gasto social aumentará un 8,2%. La inversión en infraestructuras, ya programada en el Plan de Infraestructuras 2002-2006, crecerá el próximo año un 8,3%, el mismo porcentaje que la inversión en investigación, desarrollo e innovación, la gran asignatura pendiente. Es decir, las obras públicas y la rebaja fiscal se configuran como bases para el crecimiento.
España tiene la inflación descontrolada (3,6%) y ningún servicio de estudios es tan optimista como para predecir, al contrario que el Gobierno, que la economía crecerá en 2003 un 3%. Esta semana, el presidente Aznar aseguraba que, al final de la legislatura, España se acercará al 90% de la renta media de la UE, frente al 80% de 1996, cuando el PP llegó al poder. Para ello hace falta impulsar con más inversión pública el crecimiento, hoy fiado a la construcción y el consumo, y que la economía mundial repunte en muy poco tiempo.