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Lealtad, 1
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Lo correcto es evitar los impulsos

Las Bolsas están rotas desde hace varias semanas debido al auge de las volatilidades, a la aversión al riesgo de los inversores finales y al predominio de las operaciones intradía. Son muy pocos los profesionales del mercado, sin embargo, los que reconocen el hecho.

Con la vuelta de vacaciones, los intermediarios financieros han intentado correr la cortina de las Bolsas y dar por finalizada, así, el ciclo bajista. El empeño por olvidar las circunstancias que más pesan en la tendencia de fondo ha dejado a muchos extenuados y, lo que es peor, al borde de la ruina.

La corriente de opinión más extendida en las Bolsas desde mediados de agosto hasta el mediodía del martes era que los mercados ya tocaron fondo y que los mínimos ya se habían visto.

¿Razones del discurso? Que hay muchas gangas y varias compañías con niveles de rentabilidad por dividendo muy importantes. La realidad es, no obstante, más tozuda que los propios simpatizantes de esta corriente de opinión más favorable. La corrección sobre la marcha del martes generó ayer descalabros y rupturas de los soportes de los mínimos anteriores. Tal es la secuencia, que las gangas teóricas de ayer son las gangas de mañana.

Respecto a la rentabilidad por dividendo, los analistas más fríos recomiendan mantener la distancia, porque muchas de las grandes empresas se verán obligadas a recortar sus dividendos en los próximos meses. O lo que es lo mismo, las rentabilidades de hoy no son garantía de futuro.

Por eso, las actuaciones por impulsos son desaconsejables en la coyuntura actual. La fiebre de las volatilidades y del juego endiablado a corto plazo golpean las Bolsas hasta dejarlas sin aliento. Los impulsos, las actuaciones viscerales, son ahora los principales peligros que acechan a los bolsistas y a los más avezados especuladores a corto plazo.

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