El número de sucursales, vital en la lucha por la banca minorista
Las sucesivas crisis de confianza empresarial que han asolado al mercado durante los últimos meses han obligado a los grandes bancos a desprenderse de todo negocio que no sea rentable. En España, la elevada exposición de las entidades financieras a la crisis financiera latinoamericana ha acelerado aún más el proceso de reestructuración. Es el momento de pelearse de nuevo por el negocio más tradicional, la banca comercial, ahora en poder de las cajas de ahorros. Los dos grandes, BBVA y SCH, que han reducido en un 20% su número de sucursales entre los años 1998 y 2001, podrían invertir esa tendencia para salvar sus cuentas de resultados en 2003.
El primer semestre del año en curso ha sido nefasto para la gran banca europea, tanto en beneficios como en capitalización; en ambas dimensiones, ha sido superada con creces por las cajas de ahorros, que se han hecho con el control del ahora tan deseado mercado minorista. Según un informe del Banco de España hecho público el pasado 2 de julio de 2002, los últimos tres años han visto como las cajas de ahorro se han hecho con el 51,6% del mercado nacional de créditos y depósitos; los bancos han perdido, por tanto, desde 1998, 3,2 puntos en ese mercado, pasando de una cuota del 51% al 48,4%. Por si fuera poco, las cajas han alcanzado máximos históricos en su cuota de mercado de créditos y recursos ajenos. Su cartera crediticia ha crecido 1,79 puntos, hasta copar el 43,64% del sistema financiero, con préstamos por valor de 401.687 millones, y su participación en los recursos ajenos ha aumentado 1,45 puntos, hasta el 46,45% del mercado (375.566 millones).
Tal coyuntura se ve reflejada en la evolución descendente del número de sucursales que han mantenido operativas las grandes entidades financieras en España. Para muestra, un botón: el BBVA contaba con 8.777 oficinas en todo el mundo en junio de 2001, a razón de 4.960 en el continente americano y otras 3.817 en España; tan sólo un año después, en junio del ejercicio en curso, el número de sucursales de la entidad en todo el planeta se ha reducido hasta las 7.685, repartidas geográficamente como sigue: 4.249 en América y 3.436 en España.
Por el contrario, las cajas de ahorro, apoyándose en el negocio comercial, han mantenido una estructura expansiva. Según el Anuario Económico de España 2002, elaborado por La Caixa, las cajas de ahorro abrieron 3.772 nuevas oficinas entre los años 1996 y 2001, frente al cierre de 2.076 sucursales por parte de los bancos. La red comercial de las primeras creció en ese período un 24,3% y la de los bancos cayó un 11,6%.
Por comunidades, Madrid es el destino prioritario de las inversiones en nuevas sucursales por parte de las cajas de ahorro, con un incremento de casi el 71% en ese período, 936 oficinas más. Le siguen, a mucha distancia, Baleares, con un crecimiento del 37%; y Andalucía, con un 30% más de oficinas. Sólo en Navarra, las cajas de ahorro habían reducido su presencia en es quinquenio, con el cierre de ocho oficinas.
Mientras la gran banca calienta motores para volver al negocio minorista y tal vez con ello, a la apertura de nuevas sucursales, las cajas de ahorro no se plantean de momento el cierre de ninguna oficina. Sí lo harán, no obstante, a largo plazo, en virtud de la evolución de una variable muy diferente: el desarrollo de la banca por Internet. Así lo confirmó hace unos meses Miguel de Blesa, presidente de Caja Madrid, al referirse a una tendencia a la que "no podrá ser ajena" la entidad que dirige.
Según el informe §Evolución reciente de la estructura de negocio de las entidades bancarias españolas§, publicado por el Banco de España en junio de 2002, España contaba, a finales del año pasado, con 34.935 sucursales, repartidas entre las 19.848 de las cajas de ahorro, las 7.694 de los grandes bancos y las 7.123 del resto de entidades financieras. El total de sucursales equivale a nueve oficinas por cada 1.000 habitantes, una cifra que supera la media europea, que asciende a cinco centros por cada 1.000 habitantes, y por delante de Gran Bretaña, que cuenta con algo más de 16.000 sucursales; y de Alemania, cuya población dobla a la española y tiene a su disposición unas 44.000 oficinas.