Los índices siguen la liturgia

La pregunta más extendida en los ambientes bursátiles en los últimos días es por qué suben las Bolsas de Estados Unidos en estas fechas. La reacción del resto de los mercados es de explicación sencilla, porque obedece al contagio histórico e histérico que abunda por estos pagos. ¿Por qué sube Wall Street con todo en contra?

Los observadores manejan varios supuestos. Primero, porque la presión mediática ha sido tanta en las últimas semanas que los más nerviosos, temiendo lo peor, ya han salido del mercado. Luego no ejercen influencia negativa alguna. Segundo, porque los volúmenes de negocio han vuelto a zona de mínimos anuales, con lo que es más fácil intervenir a favor del alza por parte de los grandes bancos de inversión. Que la Bolsa suba cuesta ahora poco dinero y menos si se actúa, como parece, a través de operaciones con derivados. Tercero, que el orden de los factores no importa ahora, por el renovado sentimiento patriótico en Estados Unidos. La liturgia de los actos conmemorativos es densa, casi asfixiante, y los mercados no pueden ir por libre ni desentonar.

El argumentario es más amplio, pero inconsistente. La apelación a la psicología no puede ser constante y, por supuesto, no es suficiente para que las Bolsas sigan al alza de manera ininterrumpida.

Los índices en estos días se han ajustado a lo que dicta el guión y han pasado por alto las peores referencias negativas o empresariales divulgadas en los últimos días, porque no es el momento ahora de volver a los fundamentales. Toca recordar el 11 de septiembre de 2001 con comportamientos sosegados y al alza. Y poco más.

Cuentan algunos analistas en sus informes de situación que la realidad volverá a imponerse a partir de hoy en las Bolsas del mundo, porque no se puede vivir eternamente del recuerdo. La vida sigue y los mercados abren y cierran sus puertas todos los días.