¡Quitémonos la venda de los ojos!
La economía atraviesa un momento delicado, pero la Bolsa debe adelantarse a una recuperación, por eso Antonio Morales opina que la situación de los mercados no se ve tan crítica como la de la economía
Es muy difícil no pecar de pesimistas en la situación en la que nos encontramos, más aún después de la cantidad de tiempo que llevamos sumidos en un mercado completamente depresivo, cuyos movimientos se rigen únicamente por las noticias negativas, pasando las positivas completamente inadvertidas, o limitándose a ser flor de un día, a veces ni eso.
Pero quitémonos la venda de los ojos y tratemos de ver la realidad. Hemos pasado buena parte del verano esperando conocer datos macroeconómicos que nos indicasen que la economía lograba mantenerse a flote, pero siendo realistas esa esperanza era más una necesidad psicológica. ¿Realmente pensamos que la confianza tanto de los consumidores como de las empresas se puede disparar de forma virulenta después del letargo o crisis que estamos viviendo? Francamente, parece difícil. Además, estos indicadores reflejan el colapso, no la estabilización, pero sin embargo la oferta monetaria sigue creciendo, las operaciones de refinanciación continúan a un ritmo elevado, los beneficios empresariales prácticamente y sin lugar a dudas están o han tocado ya el punto de inflexión.
Esta aguda crisis está provocando una importante reestructuración empresarial, además se produce en un entorno de bajos tipos de interés, inflación controlada en niveles más que aceptables, etc., y esto supone que las bases para tener una economía más saneada próximamente se están creando.
Después de una caída tan pronunciada de los mercados, éstos necesitan un periodo de estabilización; algunos lo fijan en un trimestre, aunque creo que es algo aventurado poder cuantificarlo. El buen comportamiento de las Bolsas del mes de agosto tampoco supone ninguna señal de optimismo a corto plazo, ya que este hecho se suele producir después de correcciones importantes, para luego perder una vez más las ganancias, o al menos una parte de ellas.
Efectivamente, la economía mundial atraviesa un momento delicado, pero las Bolsas deben adelantarse a una recuperación, por eso la situación de los mercados no parece tan crítica como la de la economía. En cualquier caso, los datos que nos muestren señales del comportamiento de la economía seguirán siendo transcendentales de cara a tener un otoño más tranquilo.
A pesar de todo esto, una duda importante de los inversores es dónde se encuentra el dinero para entrar en el mercado. Es cierto que de momento los particulares y los fondos de inversión continúan siendo vendedores de Bolsa netos; sin embargo, las carteras de los fondos de pensiones se encuentran muy lejos de las medias de inversión en renta variable de sus carteras, y el hecho de que los tipos de interés se encuentren en niveles históricamente bajos también supone que hay un gran potencial de trasvase de dinero de los mercados de bonos a las acciones, más aún cuando actualmente la rentabilidad por dividendo del mercado se encuentra en niveles similares a la rentabilidad de los bonos.
Entendemos que es repetitivo hablar de paciencia, y entendemos que incluso puede generar malestar, pero de la misma forma que podemos ver el vaso medio vacío, también tenemos argumentos para verlo medio lleno, y es importante que los inversores, especialmente los particulares, tengan también la posibilidad de conocer los datos que puedan variar la perspectiva a través de la cual tomamos las decisiones.