La nueva teoría de los rangos
Alos más viejos del lugar se les abren las carnes cuando escuchan y leen a los analistas de importantes firmas del mercado que el Ibex ha entrado en un movimiento lateral, con un rango de fluctuación entre los 6.000 y los 6.800 puntos. Ahí es nada. Un porcentaje de fluctuación del 13,33%.
Esta referencia, lejos de estar cogida con alfileres, es asunto común en los informes de situación y estrategia ¿Han perdido el rumbo los analistas y gestores? Lo normal es que se mantengan pautas de comportamiento estrictas, frías y distantes, salvo, como sucede desde hace varios meses, que sea el propio mercado el que desquicia con sus movimientos a propios y extraños.
Alguien dijo a principio de verano que el mercado, como concepto global, sea el estadounidense, sea el español, estaba roto y que lo adecuado era alejarse de estos lares. Un juguete roto que nadie es capaz de arreglar y que procura volatilidades históricas intradía.
Aún está vivo el recuerdo, por ejemplo, del 24 de julio, cuando el majestuoso Stoxx 50 tuvo una diferencia en el día del 10%. Por eso, los analistas más noveles no consideran absurdo airear que el rango de fluctuación de la Bolsa es del 13,33% a corto plazo. otra cosa es que los viejos y no tan viejos se rasguen las vestiduras ante tamaña osadía.
Es la caricatura de un verano que se resiste a decir la última palabra y que vuelve a merodear, como las hienas, por la zona de mínimos del año. æpermil;stos coinciden, además, con niveles de abril de 1997. Cinco años largos perdidos de un plumazo, que evidencian la proyección auténtica de una caída despiadada y que lentamente va contaminando a lo que se define como economía real.
En estos momentos renovados de alta volatilidad y nervios a flor de piel, el aumento del volumen de negocio sólo tiene la virtualidad de ser campo abonado de los especuladores.