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Coyuntura

La caída de actividad en los servicios amenaza la recuperación en EE UU

Las malas noticias que ayer dominaron el cuadro macroeconómico de agosto que estos días se está dibujando fueron aún peores cuando se dio a conocer, por parte del Departamento de Comercio, que los pedidos a fábrica en julio crecieron un 4,7%, por encima de las previsiones, y a la vez un positivo contraste sobre junio, cuando el porcentaje era negativo un 2,5%. Un respiro corto el de julio. Ayer se conoció que el índice que mide el comportamiento de los servicios elaborado por el Instituto de Gestión de la Oferta (ISM en sus siglas en inglés) quedó en los 50,9 puntos frente a los 53,1 puntos del mes anterior.

Es el séptimo mes en zona positiva, pero el tercero consecutivo en caída. El índice se ha quedado a 2,2 puntos por debajo de lo descontado por los analistas y bordea peligrosamente el crecimiento cero y la caída que ocurre cuando se llega a los 50 puntos. A este dato hay que unir el del ISM de producción industrial, que quedaba en 50,4 puntos. No obstante, el de los servicios es algo más preocupante, en tanto en cuanto la mayor parte del PIB de EE UU (dos tercios) depende de los servicios, en los que se incluyen el comercio, los servicios financieros y el sector inmobiliario, entre otros.

Caída de ventas

Para terminar de confirmar que estas cifras corresponden a una realidad tangible para los americanos, ayer varias cadenas de descuento hicieron públicas unas cifras de ventas por debajo de sus previsiones. Establecimientos como los de la cadena Wal Mart o la tienda de ropa Gap fueron algunas de las que confesaron que no habían llegado a los objetivos o sus ventas habían caído (caso de estas dos, respectivamente). Lo preocupante es que los datos corresponden a la segunda mejor época de ventas para el comercio después de Navidad, que es la vuelta al colegio.

Para muchos analistas, que han rebajado el nivel de entusiasmo mostrado en julio, lo evidente es que ¢se multiplican las señales de debilitamiento¢, según Maury Harris de UBS Warburgh.

En esta coyuntura, a la que hay que añadir el temor a un ataque bélico contra Irak, los inversores se refugian en la renta fija. Ayer la deuda pública a cinco años rentaba el 2,9%, el nivel más bajo desde 1958, y la de vencimiento a diez años, el 3,9%, el menor rédito desde 1963.

Todo esto no hace más que reflejar los primeros síntomas de lo que todos temen, una caída del gasto de los consumidores que tanto ha aguantado los embates de una recesión que no se ha dado oficialmente por acabada. ¢Los consumidores empiezan a sentirse un poco inseguros¢, decía ayer a Reuters Marshall Stocker, analista de Sanderson & Stocker. ¢Todavía están gastando pero la deuda se empieza a acumular¢. Los consumidores están invirtiendo sobre todo en coches (en agosto creció el mercado un 13%) y en vivienda, descuidando otros sectores y afectando ya al eslabón más robusto de la cadena, las tiendas de descuentos.

Otros analistas concretan que la inseguridad se deriva del hecho de que ni ha llegado el momento de que las empresas contraten ni de que dejen de despedir. Según datos de ayer mismo que preceden a las cifras sobre el paro que se dé a conocer hoy, las solicitudes semanales de petición de subsidios de desempleo fueron 403.000. Es un avance sobre las 411.000 solicitudes de la semana pasada, pero el dato menos volátil que refleja la suma de las cuatro semanas no deja muchas razones para el optimismo, ya que está por encima de las 400.000 cuando las cuatro semanas anteriores no se llegaba a esta cifra.

Las proyecciones de los analistas pasan por que el paro se equipare al de abril (el peor mes) y quede en el 6% frente al 5,9% actual.

Y mientras esto ocurre, la productividad sigue creciendo, según se desprende de la última revisión de la cifra correspondiente al segundo trimestre del año hecha por el Departamento de Trabajo, que refleja un aumento del anterior 1,1% de mejora hasta el 1,5%.

Así las cosas, en los últimos 12 meses la productividad ha mejorado un 4,8%, el mejor dato en 19 años, gracias a las reducciones de plantilla y la consecuente caída salarial.

Para Harris, de UBS, el dato es prácticamente ¢milagroso¢ en un ambiente de enfriamiento económico. ¢A pesar de que la productividad sigue subiendo, los últimos datos son negativos, aunque no creemos que sean lo suficientemente débiles como para que la Fed rebaje tipos. El dato del paro cobra cada vez más importancia a la hora de prever un movimiento como éste¢.

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