_
_
_
_
Competencia

La lucha de la banca por captar clientes, limitada por el menor margen de negocio

El previsible aumento de la competencia entre las entidades financieras en el segundo semestre del año va a hacer más difícil a bancos y cajas de ahorros la defensa de los márgenes con la clientela, el diferencial entre lo que se cobra por los créditos y lo que se paga por los depósitos.

Después de algunos trimestres de relativa estabilidad, este diferencial volvió a estrecharse en el segundo trimestre del año, de acuerdo con los datos aportados por las principales entidades. La previsión, con la actual curva de tipos a la baja, es que este margen empeore aún más en lo que queda de ejercicio.

Ante esta perspectiva, bancos y cajas están poniendo especial cuidado en la gestión del conjunto de activos y pasivos en busca de mayor rentabilidad. Sin embargo, no están dispuestos a revivir la guerra de precios para ganar cuota de mercado.

Más información
Encuesta:Encuesta: ¿Cómo evolucionará la crisis del sector bancario europeo en el segundo semestre?

Los dos grandes son conscientes de que la batalla se librará en los próximos meses en el campo del pasivo, pero saben que en la situación actual sería 'ruinoso' seguir la estela de ofertas como las procedentes de ING u otros bancos por Internet.

La idea es ganar posiciones en el mercado sin sacrificar los márgenes y para conseguirlo la mayoría ha optado por la especialización de productos, con cambios en la estructura del pasivo para hacerlo menos costoso para las entidades, además de profundizar en la segmentación y vinculación de la clientela.

Así, las entidades tratarán de desarrollar nuevos productos financieros y remodelar los actuales para adaptarlos al entorno de bajos tipos en el que desarrollarán su actividad en el segundo semestre del año, periodo en el que la presión comercial de los dos grandes, que han culminado ya sus procesos de integración, amenaza con recrudecer la competencia.

'Con tipos de interés a la baja poco podemos hacer para darle mucha rentabilidad al cliente. Lo que hacemos es crear productos estructurados que garanticen el capital que nos aporte con una rentabilidad fija y la posibilidad de que de acuerdo con las referencias que fijemos en cada momento obtengan unos rendimientos. Tal y como está el panorama, los clientes buscan productos que les den seguridad', afirma un directivo de una gran entidad.

El BBVA explica que el diferencial, que se había mantenido estable desde el tercer trimestre de 2001, empeoró como consecuencia del proceso de apreciación de la cartera crediticia y el recorte de tipos en determinados programas de vivienda protegida. Pero reconoce que será difícil mejorarlo y prevé cierto deterioro en el tercer trimestre. Así, en el segundo trimestre del año el diferencial con la clientela de este banco era de 3,98 puntos, casi un punto inferior al de hace un año y 0,18 décimas menor que el de los dos trimestres anteriores.

En el caso del Santander, el grupo no ha facilitado todavía el dato correspondiente al segundo trimestre del año, pero el diferencial en la banca comercial doméstica, incluida la red en España y Banesto, se situó en el primer trimestre del año en 4,22 puntos, 0,16 menos que en el primero de 2001, lo que confirma la tendencia descendente.

También empeoró el diferencial en el caso del Banco Popular, que vuelve por debajo de los 5 puntos, cuando se situó en 5,25 en el primer trimestre.

El año 2001 se caracterizó por la flexión a la baja de los tipos de interés a corto plazo. En ese contexto, los aumentos que se produjeron en las rentabilidades y costes medios de la operativa bancaria fueron más discretos que el año anterior, cuando se rompió la tendencia bajista iniciada en 1995.

La ralentización afectó más a lo que se paga por los depósitos que a lo que se cobra por los créditos, lo que empujó un aumento del diferencial por primera vez desde 1992.

En busca de fuentes alternativas de ingresos

 

El sistema bancario español ha vivido en los últimos años un profundo proceso de transformación desde el punto de vista de las fuentes de ingresos. El aspecto más visible ha sido precisamente la significativa reducción del diferencial entre los tipos de activo y los de pasivo. Esta es consecuencia de la intensa caída de los tipos de interés, que obligó a los bancos a rebajar el coste de los créditos sin que lo repercutieran íntegramente en los depósitos.

 

 

 

 

 

 

 

Entre 1994 y 2001, el diferencial entre los tipos de interés de los préstamos y los depósitos disminuyó alrededor de 2,2 puntos porcentuales tanto para las operaciones nuevas como en términos de la diferencia entre rendimientos y costes medios, según el Banco de España. Las entidades han tratado de compensar con otras fuentes de ingresos, como las comisiones, este estrechamiento de márgenes, pero éstas todavía no compensan la caída del margen financiero.

 

 

 

El entorno económico y financiero de menores tipos de interés ha coincidido con años de mayor competencia en el sector financiero, fruto tanto del desarrollo de nuevos productos como del proceso de desintermediación bancaria tradicional, que impulsó el crecimiento de otros mercados como el de fondos de inversión. Su demanda, además, se vio favorecida por tratamientos fiscales más favorables que los otorgados a los depósitos.

 

 

 

Todos estos cambios se han traducido en las cuentas de las entidades en un desplazamiento del negocio hacia actividades fuera de balance y un desplazamiento de los ingresos desde el margen de intermediación hacia el margen ordinario (que tiene en cuenta las comisiones).

 

 

 

El mal comportamiento de los mercados, en todo caso, ha interrumpido temporalmente este proceso de desintermediación y se detecta ya un aumento en el peso relativo de los flujos canalizados a través de bancos y cajas.

Más información

Archivado En

_
_