El temor a la recesión de la industria de EE UU acelera la caída del dólar
El índice de producción industrial elaborado por el Instituto de Gestión de la Oferta (ISM en sus siglas en inglés) quedó el pasado mes de agosto en los 50,5 puntos. La lectura hecha ayer por los analistas y los inversores en Bolsa fue negativa porque refleja un estancamiento de la producción industrial, al mantenerse el índice en la misma posición que en julio, cuando además se esperaba una lectura de 53,8 puntos.
Pero lo que más preocupa es que aunque el índice se mantiene, precariamente, por encima de los 50 puntos, lo que marca la diferencia entre la expansión o la recesión del sector, por primera vez en nueve meses la lectura de los nuevos pedidos ha retrocedido hasta quedar en 49,7 puntos. En julio este registro estaba en 50,4 puntos. A la vez, el nivel de los inventarios sube, lo que de mantenerse anticipa una caída mayor de la producción. Según el ISM, el índice de inventarios creció hasta quedar en los 45,2, cuando en julio fue de 41,8.
La radiografía del momento económico se completa con dos datos más que tampoco son positivos. Los precios pagados a los proveedores siguen cayendo, lo cual indica un debilitamiento de la rentabilidad de éstos, y el índice de empleo, que suma a los 45 puntos de julio ocho décimas más, confirman que de momento las empresas siguen reacias a contratar.
Este último dato es más preocupante cuanto más se conoce la evolución del paro en el país. No se espera que hasta el viernes se conozcan las cifras oficiales pero ayer la consultora Challenger, Gray & Christmas hizo público un estudio inquietante en el que se explicaba que en agosto se hicieron planes de recortes de plantilla que totalizaban la pérdida de 118.067 puestos de trabajo, un 46% más que el mes anterior y todo por la falta de dirección clara de empresas y economía.
Segundo peor año
Por apenas unos días, el estudio no cuantifica a los 12.400 empleados a los que ayer la empresa de transporte Consolidated Freightways informó de su despido ni a los cerca de 5.000 que saldrán de la plantilla de IBM, que ya ha reducido 15.000 puestos en lo que va de año. Aunque la cifra de agosto es un 16% más baja que la registrada hace un año, la vuelta a los despidos hace temer que la crisis sea más larga de lo que han asegurado tanto las instituciones gubernamentales como los economistas.
Según el informe de Challenger, aunque el nivel de despidos de 2001 será difícil de superar (con casi dos millones de pérdidas de puestos de trabajo), si se sigue al mismo ritmo que hasta ahora, 2002 será el segundo peor año.
Lo que preocupa es que mientras las empresas llevan con sus inversiones congeladas desde el comienzo de la crisis, los consumidores han mantenido su nivel de gasto o lo han ampliado, pero ya empieza a dudarse de cuánto más puede mantenerse. Las cifras de producción industrial del ISM muestran que sólo 8 de 20 sectores industriales registraron crecimiento en agosto. Entre ellos, los fabricantes de coches que con su política de descuentos siguen manteniendo ventas. También la industria de los electrodomésticos se muestra vigorosa por las compras de viviendas. Los pedidos de maquinaria y equipamiento de empresas siguen parados.
El pesimista escenario que dibujan estos datos aceleró ayer la caída del dólar, que cerró a 996 centavos por euro, frente a las 982 unidades del día anterior, su nivel más bajo en cinco semanas. La caída de ayer fue la mayor en una sola jornada desde hace más de dos meses. Los rumores sobre una nueva rebaja de tipos por parte de la Reserva Federal vuelven a surgir en Wall Street.
El crudo cae por debajo de los 27 dólares
Irak es ahora la clave para el mercado del petróleo y la explicación a sus variaciones diarias. El vicepresidente iraquí, Tarek Aziz, aseguró ayer que el país está preparado para permitir las inspecciones de armas de Naciones Unidas, lo que reduciría las posibilidades de ataque por parte de Estados Unidos.
Esa muestra de voluntad bastó para cambiar la tendencia del precio del petróleo, que ayer registró una caída cercana al 3%, al pasar el barril de brent (el de referencia en Europa) de los 27,54 dólares del lunes a 26,6 dólares ayer.
'Tarek Aziz suena conciliador, lo que hace más difícil para la administración estadounidense recabar apoyos para un ataque', sostenía Michael Fitzpatrick, broker de Fimat en Nueva York.
'El mercado petrolero no espera ninguna acción estadounidense antes de las elecciones. La prima de guerra se mantendrá en el precio del barril, pero la perspectiva es que la administración Bush no tomará ninguna decisión antes de las elecciones porque no se puede permitir ningún error al respecto', aseguraba el analista Nauman Barakat.
Los ministros del Consejo de Cooperación del Golfo pidieron ayer a EE UU que terminara con su retórica bélica y cediera el protagonismo a la ONU.