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Construcción

Cementos de la Costa amplía las instalaciones en Málaga y Valencia

Cementos de la Costa, que hace dos años montó dos enlaces marítimos entre Rumania y los puertos de Valencia y Málaga para importar cemento que después vendía a granel entre las grandes constructoras españolas, empezará a finales de este año a comercializar el producto envasado y con marca propia con el objetivo de alcanzar un volumen de comercialización de medio millón de toneladas en un año.

La firma ha empezado ya a montar la línea de ensacado de cemento en sus instalaciones en el puerto de Valencia y se encuentra a la búsqueda de local en Málaga. En conjunto ha previsto una inversión de 1,2 millones de euros en ambas ciudades.

Cementos de la Costa es fruto de la alianza del empresario catalán Josep Roselló, candidato a la presidencia del comité europeo de expedición de cemento, y la empresa rumana Tagrimpex Romcif, que posee el 55% del capital de la sociedad.

En una primera etapa, Roselló exclusivamente se dedicaba a distribuir entre mayoristas españoles el cemento que fabricaba su socio rumano, una antigua cementera pública, ubicada en Fieni, privatizada tras la salida de la familia Ceaucescu del poder, que fabrica 1,5 millones de toneladas anuales de este material.

En 2000 el Ministerio de Fomento les autorizó puntos de expedición de cemento en Valencia y Málaga y, a partir de ese momento, la actividad se reorganizó a través de enlaces marítimos regulares con los puertos de estas ciudades, elegidas por el dinamismo que muestra el sector de la construcción.

Importaciones

El año pasado la empresa, que emplea a 30 personas, facturó 13 millones de euros y comercializó 266.000 toneladas. Para este ejercicio confía en alcanzar las 350.000 toneladas y lograr ventas valoradas en 20 millones.

El auge que ha experimentado el sector de la construcción en los últimos cinco años ha favorecido el crecimiento de las importaciones.

Tan sólo en el primer semestre de 2002 han aumentado un 13,3% las compras al exterior, hasta las 3,4 millones de toneladas, mientras que el elevado consumo local ha reducido las exportaciones españolas a poco más de 700.000 toneladas, un 1,5% menos que en el mismo periodo de 2001 y muy lejos de los seis millones de toneladas que vendía el sector español en el entorno europeo en 1997.

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