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Índices

Nasdaq se centra en Alemania tras los fracasos de Japón y su plataforma europea

Nasdaq Europa aseguró la semana pasada que persiste en su apuesta europea, negando así una información aparecida en el diario alemán Handelsblatt y acabando con los rumores de que podría abandonar sus planes en la región tras retirarse de Japón. 'Nuestra estrategia en Europa sigue siendo la misma', señaló Jim Weber, responsable de operaciones de Nasdaq Europe. 'Cuando se creó Nasdaq Europe queríamos ser un mercado para las salidas a Bolsa y la negociación transfronteriza de acciones. Eso sigue igual'.

Otros responsables de Nasdaq matizan, desde EE UU, esta visión: 'Las condiciones de mercado dificultan la creación de una gran Bolsa europea y está siendo muy difícil para nosotros aunque seguimos apostando por ese modelo', dijo a Reuters Peter Yandel, director gerente de marketing internacional de Nasdaq. Yandel reconoció que su principal prioridad en la actualidad es preparar el lanzamiento de Nasdaq Deutschland por las dificultades a las que se está enfrentando en las negociaciones transfronterizas.

Así, el brazo europeo del mercado estadounidense se concentra en el lanzamiento de Nasdaq Deutschland. Un proyecto desarrollado conjuntamente con Commerzbank, Dresdner Bank y las Bolsas de Berlín y Bremen que competirá con la Deutsche Börse a la hora de captar emisiones de acciones. La Bolsa lanzará, asimismo, un nuevo sistema de negociación para Nasdaq Europe y tiene previsto ofrecer una versión europea de los fondos cotizados del Nasdaq 100.

La viabilidad de esta apuesta está por ver. Desde Salomon Smith Barney advierten que Nasdaq Europe se enfrentará a un número de obstáculos: 'Es muy difícil que un mercado pequeño quite negocio a uno grande. Si los principales parqués hacen un esfuerzo por acaparar órdenes, lo conseguirán bajando las comisiones'.

La marca Nasdaq, sin embargo, juega a favor del mercado. 'Es posible que algunas empresas opten por Nasdaq Europe en vez del Neuer Markt alemán, dada la mala reputación de este mercado', añaden desde Salomon.

Años de desencuentros

Nasdaq Deutschland será, de todos modos, el enésimo intento para entrar en Europa. Antes vino la compra de Easdaq, un mercado electrónico para valores tecnológicos moribundo que fue inmediatamente redenominado Nasdaq Europa. Desde entonces, los intentos de la plataforma estadounidense de ganar tamaño y captar emisiones han fracasado, principalmente porque las empresas europeas que se atreven a salir a Bolsa con la crisis actual se cuentan con los dedos de una mano.

Anteriormente, Nasdaq había tratado de entrar en Europa de la mano de alguno de los grandes mercados. Nasdaq era parte activa del proyecto iX, que fusionaría las Bolsas de Londres y Francfort, con Nasdaq como socio de lujo. Pero Londres rompió la fusión, y Nasdaq buscó un plan B. Así, al tiempo que ultimaba la compra de Easdaq, inició negociaciones con la Deutsche Börse, que tardaron poco en fracasar.

Más profundas y duraderas fueron las conversaciones entre Londres y Nasdaq. Pero ambos mercados fueron incapaces de llegar a un acuerdo sobre la regulación del nuevo mercado, su localización y el sistema de negociación a emplear. Rompieron conversaciones a finales de julio de este año y abandonaron sus planes para aliarse.

Paralelamente, el fracaso de Nasdaq Japón, que ha cerrado sus puertas dos años después de su creación, ha echado por tierra el ambicioso plan de la plataforma de crear un mercado único global, integrado en Europa, Asia y EE UU, operativo las 24 horas del día.

Incipiente competencia para los mercados tradicionales

 

La Bolsa de Nueva York seguramente mire con envidia la posición casi monopolista de los mercados europeos de acciones. Apenas sufren competencia por parte de redes electrónicas de negociación o de mercados alternativos, que no han arañado cuota. Por el contrario, en Estados Unidos los mercados tradicionales como Nueva York han visto cómo, por un lado, el Nasdaq ha arrebatado las salidas a Bolsa más jugosas, esto es, las de los valores tecnológicos, y como por la otra parte las redes electrónicas de negociación quitaban gracias a sus menores costes parte del negocio de intercambio de acciones.

 

 

 

 

 

 

 

Europa ha puesto sus barbas a remojar, y de ahí ha venido el proceso de concentración de los mercados de valores europeos. O, al menos, el inicio del proceso, que solamente ha cristalizado en Euronext. Pero sí se han tomado medidas. Algunas de ellas se han tomado en los pasillos de Bruselas y no en la propia casa, como la petición a la UE para que la directiva de servicios de inversión limite a las Bolsas el intercambio de acciones, impidiendo que las firmas de valores casen órdenes entre sí. Las casas de Bolsa consideran que es una petición monopolista, pero los mercados replican que los precios se formarán mejor si se centralizan las compras y las ventas.

 

 

 

Mientras tanto, los intentos de quitar cuota han fracasado. Easdaq, o Nasdaq Europe, es sólo un ejemplo. Jiway, plataforma de negociación electrónica patrocinada por la Bolsa de Estocolmo y algunos bancos de inversión, nunca hizo sombra a los mercados. Sólo ha tenido éxito Virt-x, y porque este mercado promovido por la Bolsa suiza se ha hecho con la negociación de los blue chips helvéticos. Introducir la competencia en este sector no es tarea de un día. No lo fue en EE UU ni lo fue en Europa. Pero sí es un proceso irreversible.

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