Los bancos superan a las cajas en número de oficinas sólo en seis comunidades
La fuerte expansión de las cajas de ahorros y el proceso de fusiones vivido por los grandes bancos ha cambiado radicalmente el mapa financiero español en los últimos seis años. Al finalizar 2001, la red de cajas superaba ya a la de los bancos en 4.914 oficinas y sólo había seis comunidades autónomas con más sucursales de bancos que de cajas de ahorros (Asturias, Baleares, Canarias, Cantabria, Galicia y País Vasco), según datos extraídos de los anuarios estadísticos de la Asociación Española de Banca y de la Confederación Española de Cajas de Ahorros.
En 1996, las oficinas bancarias superaban a las de cajas en 1.794 y la red de bancos era más extensa en 10 comunidades autónomas, además de Ceuta y Melilla.
Ni siquiera la Comunidad de Madrid, la plaza financiera por excelencia y un territorio dominado tradicionalmente por los bancos ha podido resistirse al tirón expansionista de las cajas, que por primera vez arrebataron a sus competidores su predominio en Madrid el año pasado.
Aunque la mayoría de las cajas de ahorros han realizado ya el grueso de su expansión territorial, muchas creen que en el mercado madrileño hay todavía margen de actuación, sobre todo en las localidades periféricas.
No hay prácticamente ninguna caja de ahorros que no tenga al menos una oficina en Madrid, con excepciones muy poco significativas de algunas entidades comarcales.
Después de Caja Madrid, es La Caixa la caja de ahorros con mayor número de oficinas en esta comunidad autónoma. Al finalizar 2001 contaba con 608 oficinas y tiene previsto cerrar este año con ocho nuevas oficinas, otras cinco en 2003 y cuatro en 2004. Le sigue Ibercaja, con 173; Caixa Catalunya, con 86, y de cerca Caja España, con 80. En los tres casos empiezan a dar por concluidos sus planes de expansión y entran en una etapa de consolidación y búsqueda de rentabilidad.
En general, las cajas de ahorros pusieron el año pasado el freno en el ritmo de apertura de oficinas en España, después de varios años de un fuerte crecimiento acompañado de considerables ganancias de cuota de mercado.
La red de sucursales se amplió un 2,8% en 2001, frente al 5,1% que creció en el 2000, cuando se asistía a un ritmo de apertura de tres oficinas diarias.
El gran salto para las cajas se produjo a raíz del decreto de cajas de 1988, que suprimía las restricciones a su expansión. A partir de entonces elaboraron planes de implantación más allá de sus territorios de origen, en donde encontraban topada su cuota de mercado.
La mayoría apostó por un modelo de expansión llamado balsa de aceite, consistente en dirigirse primero hacia las regiones más cercanas a sus zonas de origen y desde allí irse extendiendo por toda España. Generalmente, la mayoría ha centrado sus esfuerzos en zonas con más volumen de negocio como Madrid y zonas turísticas.
En los últimos seis años, el número de oficinas de bancos desciende en todas las comunidades autónomas. El adelgazamiento de la red bancaria es llamativo en Cataluña, que cuenta con 2.308 sucursales de banco, frente a 4.765 de cajas, más del doble. Desde 1996 se han cerrado un 23,5% de las primeras, hasta un total de 2.729 sucursales, y se han abierto un 20,9% más de las segundas, hasta sumar 3.979 oficinas.
Aragón, La Rioja, Baleares, Canarias y Madrid son las comunidades autónomas donde con más intensidad ha crecido la red de cajas de ahorros, que sólo ha disminuido en Navarra y Andalucía, como consecuencia del proceso de fusiones entre las entidades de distintas provincias.
La dispar evolución entre unas entidades y otras tiene que ver no sólo con el proceso de fusiones vivido por la banca, también influye la apuesta mucho más clara de los bancos por canales (como Internet) alternativos a las oficinas tradicionales, mientras las cajas todavía mantienen a gala su proximidad con el cliente.
En cualquier caso, unos y otras buscan la manera de optimizar la red de sucursales y mejorar los ratios de negocio por oficina para hacerlas rentables.