El Gobierno argentino y la banca siguen sin acuerdo
Sigue el pulso de la banca con el Gobierno argentino. La reunión que sentó ayer en la misma mesa a funcionarios y banqueros para tratar de limar asperezas y definir los planes de reforma financiera terminó sin acuerdo y con la única decisión de trasladar la discusión a una próxima convocatoria para el miércoles.
El jefe de gabinete del Gobierno argentino, Alfredo Atanasof, aseguró al término del encuentro que el objetivo es 'encontrar un punto de equilibrio entre deudores y acreedores', pero reconoció que pese a que 'surgieron muchas ideas y propuestas' no se han producido avances significativos.
En el encuentro participaron, además de Atanasof, el ministro de Economía, Roberto Lavagna; el titular del Banco Central, Aldo Pignanelli; el titular de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA), Mario Vicens, y el titular del Banco de la Provincia de Buenos Aires. No estuvo presente ningún representante del Banco Francés o del Banco Río de la Plata, las dos filiales de los bancos españoles con presencia en el país, BBVA y Santander Central Hispano, respectivamente.
En cualquier caso, ambos grupos siguen de cerca los posibles avances en las negociaciones de cuyo desenlace depende su permanencia o no en el país. El responsable del SCH en Latinoamérica, Francisco Luzón, aseguró esta semana que algunas de las medidas aprobadas por el Senado para la banca abren nuevas fisuras en el camino del acuerdo con el FMI, imprescindible para que se garantice un sistema financiero viable. De no alcanzarse el acuerdo y prosperar algunas de las medidas aprobadas por las Cámaras, la matriz tendría que inyectar mucho más dinero en las filiales, posibilidad que descartan. Eso les obligaría a optar por marcharse del país.
Los banqueros llevaron a la reunión una lista muy amplia de quejas al considerar que las últimas medidas anunciadas asestan un duro golpe a sus intereses. 'La verdad es que nadie entiende nada. Que ahora, cuando no hay negocios de intermediación refloten el impuesto del 2% sobre los intereses para financiar la obra social de los empleados y que nos condicionen a la hora de redimensionar las plantillas en medio de la reestructuración que se viene es como invitar a los bancos a que se vayan del país. Y hay dos que ya lo están pensando', explicó un banquero de la Asociación de Bancos de la Argentina.
Una de las medidas que más ha irritado a la banca es la que pretende ampliar la responsabilidad de la filial a las casas matrices, que tendrían que cubrir con su patrimonio los depósitos locales. También se ha criticado con dureza la que pretende obligar a que se retenga un procentaje de los intereses que cobra la banca para fines sociales. Aunque el ministro de Economía, Roberto Lavagna, anunció su intención de vetar estos dos proyectos salidos del Senado, los bancos no han obtenido aún garantías ni un compromiso en firme.
'Es increíble; a veces, los legisladores actúan como si todo estuviera bien, como si el sistema hubiera superado la crisis', reflexionó uno de los directivos de la Asociación de Bancos Públicos y Privados de Argentina (Abappra).
En lo que parece que el Gobierno no está dispuesto a dar marcha atrás es en la prórroga de 60 días en la aplicación del coeficiente de estabilización (CER), el coeficiente mediante el cual se indexarán las deudas pesificadas y en el aplazamiento por 90 días de las ejecuciones judiciales por impago.
Los bancos están preocupados porque creen que esta nueva prórroga puede no ser la última y quieren arrancar del Gobierno el compromiso de que no habrá nuevos aplazamientos cuando venzan los plazos dados ahora.