El tirón de ventas del verano hace que ocho de cada diez españoles tengan ya móvil
En el desolador panorama de las telecomunicaciones mundiales sólo la telefonía móvil, y en concreto la española, es fuente de buenas noticias cada vez que hace públicos resultados operativos. Al margen de los problemas financieros relacionados con las inversiones en UMTS, lo cierto es que los consumidores siguen creciendo día a día, a pesar de que los índices de penetración demuestran ya la cercanía de la saturación.
Esta vez, la responsable del crecimiento ha sido la campaña de verano que, sólo seis semanas después de su inicio a primeros de julio, ha atraído ya unas 900.000 altas brutas a las arcas de las tres operadoras celulares españolas, Telefónica Móviles, Vodafone y Amena.
Pasado el ecuador de agosto, 32,3 millones de españoles son clientes de alguna compañía, lo que significa que el índice de penetración se eleva ya al 79% de la población, casi ocho de cada diez.
La campaña de verano ha conseguido así revitalizar un mercado que nunca dejó de crecer, pero que entre abril y junio captó sólo 800.000 clientes. Las cifras que se manejan en estos momentos se parecen más a las conseguidas entre diciembre y enero pasados, un periodo que, espoleado por la campaña de Navidad, revivió las épocas del boom de la telefonía móvil de finales de los noventa.
Los tradicionales desplazamientos veraniegos han convertido el móvil en un elemento casi imprescindible. Pero más allá de este hecho, la telefonía celular empieza a demostrar su capacidad de sustituir al fijo, sobre todo en las segundas residencias.
Sustituto del fijo
Lo que empezó con cifras anecdóticas está comenzando a convertirse en una de las principales preocupaciones de los operadores de telefonía fija, que ven cómo los móviles roban cada vez más terreno. De hecho, las últimas iniciativas de las compañías celulares, con la rebaja de tarifas a la cabeza, van encaminadas a acelerar este proceso. Frente a unas elevadas cuotas de conexión y un pago fijo mensual que va en aumento, las empresas de telefonía móvil permiten pagar sólo por lo que se habla y están empezando a eliminar los costes fijos a los clientes que optan por la modalidad de abono.
Telefónica Móviles ha revalidado una vez más su condición de líder del mercado y ha conseguido el 60% de las altas brutas en el periodo, según los datos que hizo públicos ayer. En sólo mes y medio, la compañía ha captado medio millón de clientes netos y cuenta ya con 18,1 millones de consumidores activos.
Su inmediata competidora, Vodafone, ha reactivado su ritmo de crecimiento, tras un parón que duró casi tres años, gracias a su incursión en el mercado de prepago para jóvenes y nuevas campañas basadas en la agresiva subvención de terminales. Amena, mientras tanto, mantiene sus habituales tasas de captación de clientes.
Los resultados conseguidos durante la primera parte del verano demuestran que la telefonía móvil todavía tiene campo para crecer, a diferencia de otros segmentos de las telecomunicaciones. La penetración, sin embargo, ya supera la media europea y lo alto de la cifra ha llevado a las operadoras a buscar fórmulas alternativas de crecimiento. El objetivo ahora es incrementar el gasto por cliente, ya sea a través de un mayor consumo, incentivado por menores precios, o la introducción de nuevos servicios. La espada de Damocles de las compañías celulares sigue siendo la misma a pesar de que el crecimiento parezca no tener fin y es cómo dar continuidad al proceso en un escenario en que la tecnología de tercera generación sufre continuos retrasos.
Los fabricantes de terminales parecen haber dado con una receta que minimiza en parte el efecto de la desaceleración mundial de la telefonía móvil. Según un estudio de la firma de análisis angloestadounidense Strategy Analytics, la venta de teléfonos en todo el mundo creció un 6,3% en el segundo trimestre con respecto al primero. Los fabricantes están introduciendo en el mercado terminales casi personalizados, tanto por el diseño como por sus funciones, con el objetivo de que los clientes renueven su terminal con mayor frecuencia.
En total y según esta compañía, entre abril y junio se vendieron en el mundo 96,7 millones de teléfonos. La clasificación sigue liderada por Nokia, que además aumenta su cuota de mercado, al igual que su más directo competidor, Motorola, en detrimento del tercero de la lista, Samsung. Si se mantiene la evolución del segundo trimestre, Strategy Analytics calcula que se cerrará el año con 417 millones de terminales vendidos, frente a los 390 millones del año pasado.