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Revista de Prensa

El ejemplo español

Los dos últimos años y medio han contemplado en España una de las mayores oleadas de violencia terrorista desde la posguerra. El Gobierno de José María Aznar se ha movilizado para ilegalizar Batasuna, el ala política de los terroristas, que ha matado a más de 800 personas en los pasados 34 años.

Las críticas pueden clamar que el Gobierno actúa de forma no democrática. Pero aquellos que explotan la democracia para socavarla no merecen su protección en ninguno de los casos (...).

El PSOE, en la oposición, ha dicho hasta el momento, en un excepcional acto de unidad nacional, que votará con el Partido Popular cuando plantee la cuestión de la ilegalidad de Batasuna en una sesión extraordinaria en el Parlamento que se celebrará el próximo día 26 (...).

Mucha gente se pregunta por qué Aznar no ha optado por seguir el ejemplo de su amigo, el primer ministro británico Tony Blair, que firmó un proceso de paz con los equivalentes políticos de los terroristas asesinos irlandeses. Y todavía uno de los problemas de esta analogía es que ETA -y Batasuna- no se conformará con una reunión con aquellos que se oponen al separatismo, tal y como Sinn Fein hizo. Lo que quieren es entrar en una negociación sobre cuándo y cómo el País Vasco podrá lograr la independencia de España, incluyendo Navarra y una parte de Francia.

El rechazo de Aznar a negociar con los terroristas es una significativa victoria para la democracia española y un soplo en la extensa guerra contra el terrorismo. La respuesta de los terroristas a Aznar ha sido, hasta el momento, matar niños. Apoyar esta causa debería ser ilegal a todas luces.

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