Desinterés a pesar de los varapalos
Los clásicos han dejado escrito en sus manuales de Bolsa que hay dos clases de participantes en el mercado, las denominadas manos débiles y las manos fuertes. Aquellas actúan a toque de trompeta y se mueven siempre bajo el efecto manada. æpermil;stas operan con criterios de sentimiento contrario, es decir, aprovechan la debilidad anímica y psicológica de aquéllas para comprar a precios de saldo.
Los observadores centran su atención, así, en el comportamiento de unos y otros. ¿Cuál es la situación actual de la Bolsa española en este sentido?
Agitadores y voceros predican en estos días que el mercado está infravalorado y que las facilidades para hacer negocio son muchas. No dudan en contar perogrulladas tales como que hay que comprar cuando la Bolsa baja y vender cuando sube. No saben explicar, eso sí, qué hay que hacer cuando la Bolsa sube y baja y baja y sube en el mismo día.
Las alusiones reiteradas a los precios bajos de muchas acciones no hacen mella, sin embargo, en el ánimo de las manos fuertes. Los compradores más fríos e inteligentes siguen fuera de las Bolsas. La evidencia está en las bajas cifras de actividad, ahora en mínimos, del año.
Aunque en los medios se reitera el viejo tópico de que agosto es un mes bajista en términos de negocio, la realidad es otra. Las nuevas tecnológias permiten comprar y vender al instante desde cualquier punto del mundo. De hecho, los volúmenes de negocio de las dos semanas anteriores a ésta estuvieron en línea con los del resto del año.
Mal augurio, dicen los profesionales del mercado, el que cabe deducir con el comportamiento de las manos fuertes. Es decir, del desinterés manifiesto por cuanto sucede en los mercado. La deducción lógica es que éstos esperan nuevos y más profundos recortes en los mercados de acciones para los próximos meses.