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Ebbers se queda sin rancho en Canadá

El fundador de Worldcom, Bernard Ebbers, es dueño de todo lo que se divisa desde su casa de piedra hasta el horizonte. Desde la mayor finca activa de Canadá se ven praderas, lagos y bosques repartidos en los 2.025 kilómetros cuadrados controlados por Ebbers, a unos 321 kilómetros al norte de Vancouver. Los empleados de la finca, que se encargan de 22.000 cabezas de ganado y 300 caballos, viven colina abajo, en un asentamiento con iglesia y escuela.

Los agentes inmobiliarios aseguran que el empresario pagó un alto precio por los 'derechos de ostentación' que acompañan la posesión del terreno más grande del país cuando lo compró en 1998 por 68 millones de dólares de entonces. Muchos accionistas de Worldcom, indignados por la quiebra de la sociedad y el reconocimiento de que infló ganancias por 7.180 millones de dólares (similar cantidad en euros), reclaman la propiedad. 'Montaba a caballo, jugaba a los vaqueros y viajaba en su avión privado mientras los ahorros de los empleados se esfumaban', denunció Lynn Sarko, abogada representante de los trabajadores que perdieron sus ahorros. 'Este tipo es un maestro de la estafa. Los activos pertenecen a los empleados'.

Ebbers convirtió Worldcom en la segunda compañía de larga distancia de EE UU. Sus acciones alcanzaron un precio máximo de 61,99 dólares en 1999, y triplicaron su valor desde el 1 de enero de 1998. La sociedad presentó la mayor declaración de quiebra de la historia el 21 de julio. Desde entonces, ha anunciado que despedirá a 17.000 trabajadores y sus acciones han bajado a 10,9 centavos.

Worldcom convirtió a Ebbers en un hombre rico. La compañía le pagó un sueldo y bonificaciones por 46,5 millones de dólares entre 1997 a 2001, y el valor de sus participaciones en acciones rondaba los 1.500 millones en 1999. Ebbers utilizó sus acciones para respaldar préstamos de Bank of America y en 1998 y 1999 compró la finca, así como un constructor de yates y 1.863 kilómetros cuadrados de bosques de árboles para producir madera. El precio total era de más de 465 millones de dólares, más que el valor actual de mercado de Worldcom. En 2000, cuando las acciones de la empresa perdieron un 73%, Ebbers dijo a la junta directiva que tenía que hacer frente a una demanda complementaria de cobertura del banco.

La junta cubrió los créditos y le prestó más dinero para evitar que vendiera sus acciones. En abril de este año, cuando el valor de sus acciones había caído, Ebbers ofreció la finca, los bosques, el astillero y otras propiedades como garantía. También acordó liquidar los préstamos en un plazo de cinco años más el abono de un interés del 2,3%. El primer pago de 25 millones deberá efectuarse el 29 de abril del 2003. Los fondos de pensiones, empleados y accionistas han demandando a Worldcom y a Ebbers.

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