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Negocios del nuevo siglo (VIII)

Un cajero en el salón

Más de 20 años han transcurrido desde la primera experiencia española en banca directa. Los orígenes se remontan a 1991. Ese año, el Banco Exterior, embrión del posterior grupo bancario Argentaria, decidió apostar por primera vez en España por la banca telefónica con el lanzamiento de Bex Directo, el primer banco sin rostro, como se le conocía dentro del propio grupo.

Las expectativas puestas en esta experiencia pionera en España no se cumplieron. Sin embargo, se abrió una nueva vía para la banca que todos supieron aprovechar. Bancos y cajas comenzaron desde entonces a poner en marcha divisiones de banca telefónica, que poco a poco se convirtió en el embrión de la banca por Internet.

De hecho, hoy todas las entidades financieras no dudan en reafirmar su confianza en Internet y la banca telefónica como los canales de distribución de futuro. Sólo es cuestión de tiempo. Según un estudio de la ONU, 'se espera que el sector bancario a través de la Red aumente anualmente un 25%, en comparación con el 3% que se prevé para la industria bancaria en general'. Además, las previsiones de la ONU apuntan que en pocos años 'la mitad de todas las actividades bancarias y el 80% de las de corretaje' se efectuarán a través de la Red.

Fue en febrero de 1995 cuando la banca por teléfono se apuntó su mayor espaldarazo público. El presidente del entonces sólo Banco de Santander, Emilio Botín, anunciaba a sus accionistas el 18 de febrero de ese mismo año el lanzamiento de Open Bank.

A diferencia del Bex Directo, el grupo Santander realizó una fuerte campaña de imagen de su nueva aventura bancaria, la telefónica. El efecto fue inmediato. Un banco abierto, como indicaba su nombre. Los bajos costes y sus ofertas comenzaron a poner nerviosos a sus más directos competidores.

Era lógico. El Santander había sido el primer banco español en apostar por las cuentas de alta remuneración en 1989, las conocidas supercuentas, producto que le permitió dar el gran salto en la clasificación de la banca española. Desde entonces, Emilio Botín dejó de ser conocido como el hijo del gran banquero cántabro, don Emilio, para pasar a ser descrito como el banquero más agresivo del país, que en poco tiempo había logrado llevar al Santander del décimo puesto al primero, ayudado por el éxito de las supercuentas y por la compra de Banesto en 1994, que le otorgaba el liderazgo en la banca española.

El éxito que rodeaba todas las operaciones de Botín hacían imprevisible un fracaso. Pero la experiencia de Open Bank no fue la esperada. El ladrillo seguía imperando en la banca y los clientes preferían la oficina tradicional, con un trato personalizado, frente a la banca telefónica, que sólo utilizaban para consultar saldos o realizar operaciones menores.

Ese año, 1995, la banca española comienza a hacer sus primeros pinitos en Internet, pero de forma muy tímida. Casi de puntillas los bancos empiezan a operar en la Red, pero su actividad en este canal es aún marginal y anecdótica. Se reduce casi a la presentación en la Red de una serie de estudios económicos y financieros o a ofrecer información corporativa. En 1999, sin embargo, se produjo otro acontecimiento en la banca española en un momento en el que las empresas tecnológicas o puntocom parecían la panacea de la economía. Llegaba el boom de Internet, y con ello la banca virtual.

Nuevamente Argentaria, aunque ya presidida por Francisco González, se adelanta al resto de sus competidores y pide autorización para poner en marcha el primer banco por Internet en España, Uno-e.

Uno-e fue autorizado, pero tuvo aún que esperar algunos meses antes de que hiciera su lanzamiento, ya que su autorización coincidió con el proyecto de fusión alcanzado entre Argentaria y BBV. Uno-e nace bajo el concepto de supermercado financiero y en su capital entra Telefónica a través de Terra Lycos, con el 49% del capital (hoy es del 33%).

Bankinter secundó esta iniciativa y también solicitó, casi en paralelo, una nueva licencia para operar en Internet con la creación de un nuevo banco. Bankinter, sin embargo, nunca llegó a poner en funcionamiento esta filial al optar por potenciar Internet como un canal alternativo a las oficinas. De hecho, Bankinter fue el primero que apostó claramente por la banca virtual como un brazo más de su operativa diaria -supo combinar el ladrillo con lo virtual-, y hoy está considerado como unos de los mejores bancos del mundo por la Red.

Entre medias, en mayo de 1999, otro grupo bancario, el holandés ING, empieza a operar en España a través de una sucursal dependiente de Holanda. Su atractivo pone en marcha una fórmula novedosa, sólo ofrece depósitos de alta remuneración pero para saldos pequeños a través del teléfono e Internet. Su lema, 'Tu otro banco, ING Direct'.

Se presenta como el segundo banco para el cliente, con un producto estrella, la cuenta naranja, que ofrecía entonces una rentabilidad del 3,10% TAE, con disponibilidad inmediata y sin comisiones. Su lanzamiento coincidió con unos tipos de interés bajos, razón por la que los bancos apenas se molestaban en competir por la captación de depósitos a través de altas remuneraciones. La media era del 0,15% en cuentas y del 1,64% en depósitos a plazo. Las previsiones de ING Direct en España eran captar 200.000 clientes y ser rentable en un plazo tan amplio como tres a siete años.

Tres años después, ING Direct se ha convertido en un auténtico fenómeno bancario. La sencillez de sus productos, la claridad de sus mensajes, y sobre todo, la alta remuneración de sus depósitos -la más alta del mercado, ofrece un 7% en depósitos a un mes y un 4% en la Cuenta Naranja- le han permitido superar sus previsiones. Hoy cuenta con más de 500.000 clientes en España, gestiona un pasivo de 4.800 millones de euros, y sus pérdidas están a punto de convertirse ya en beneficios. En menos de tres años se ha situado en el octavo puesto de la banca española por volumen de depósitos. El auge de Internet parece imparable, ninguna entidad financiera quiere quedarse fuera. De esta forma, el Santander Central Hispano quiere tomar posiciones, y en marzo de 2000 inicia su proyecto en Internet al comprar el 75% del portal latinoamericano Patagon.com por 540 millones de euros. Su potencial de clientes ese año se cifró en 500 millones de personas. Poco después, el Santander decidió fusionar Open Bank con Patagon en España y empieza a competir en precios con ING.

Las cajas también hacen sus pinitos en Internet. La CECA crea una plataforma para sus asociadas. Internet y el teléfono no son rentables aún, pero toda entidad financiera que se precie tiene que ofrecer estos servicios. Otros bancos y cajas deciden también apostar por la creación de filiales independientes en Internet y por teléfono. Nace Activobank, del Banco Sabadell y su socio el Banco Comercial Portugués (BCP), que ofrece productos de terceros principalmente. El Banco Popular decide entrar en esta aventura con Banco Popular-e, aunque su proyecto nace bajo el paradigma de la rentabilidad desde el primer año, y lo logra. Se convierte en el primer banco por Internet en obtener beneficios, aunque modestos. (200.000 euros en el primer semestre) Su secreto: no competir en precios y ofrecer productos tanto de pasivo como de activo.

Ahora el Popular pretende reforzar su filial por Internet con la apertura de 20 oficinas propias, ya que sabe que el cliente quiere, aunque sea en alguna ocasión, tratar cara a cara con el gestor de su dinero. Socios tan destacados como Caja Madrid, el Banco Zaragozano, El Corte Inglés, Terra Lycos, Indra, y posteriormente la Caja de Ahorros del Mediterráneo y Cajamar, últimas en incorporarse, ponen en marcha Inversis.

Muchos clientes, pero a alto coste

Pero las expectativas puestas en Internet y en la banca telefónica tardan en llegar. Sólo ING Direct consigue sus objetivos de clientes rápidamente, aunque a altos costes. Según expertos publicitarios, ING ha gastado entre enero y mayo prácticamente el 10% de toda la publicidad financiera -de bancos y aseguradoras- en España. A pesar de ello, ING Direct espera obtener sus primeros beneficios en España en el último trimestre de este año, aunque no será hasta 2003 cuando conseguirá sus primeros resultados positivos anuales.

Patagon, que el último año ha experimentado un gran crecimiento, también prevé cerrar el año con beneficios, 230.000 euros. Pero en el camino se han quedado 700 millones de euros de pérdidas asumidos por el Santander por culpa de Patagon América, división que ha vendido a sus fundadores. Uno-e tampoco ha cumplido los objetivos previstos. Tras retirarse a mediados de 2001 de la guerra de precios, ha asumido los clientes de otra filial del BBVA, el banco de financiación al consumo Finanzia, con lo que ya cuenta con la mayor masa crítica de clientes (2,2 millones) de la banca online de España.

Hasta mayo pasado, y en sólo dos años, los bancos que sólo operan por Internet y el teléfono habían captado en España 7.925 millones de euros, lo que representa el 3% de cuota de mercado del total de la banca. De ellos, ING Direct controla el 1,29%. Uno de los problemas para el despegue de estos canales es la desconfianza de los usuarios a poner sus datos en la Red. Garantizada la seguridad, el despegue está asegurado.

Más de 20 años han transcurrido desde la primera experiencia española en banca directa. Los orígenes se remontan a 1991. Ese año, el Banco Exterior, embrión del posterior grupo bancario Argentaria, decidió apostar por primera vez en España por la banca telefónica con el lanzamiento de Bex Directo, el primer banco sin rostro, como se le conocía dentro del propio grupo.

Las expectativas puestas en esta experiencia pionera en España no se cumplieron. Sin embargo, se abrió una nueva vía para la banca que todos supieron aprovechar. Bancos y cajas comenzaron desde entonces a poner en marcha divisiones de banca telefónica, que poco a poco se convirtió en el embrión de la banca por Internet.

De hecho, hoy todas las entidades financieras no dudan en reafirmar su confianza en Internet y la banca telefónica como los canales de distribución de futuro. Sólo es cuestión de tiempo. Según un estudio de la ONU, 'se espera que el sector bancario a través de la Red aumente anualmente un 25%, en comparación con el 3% que se prevé para la industria bancaria en general'. Además, las previsiones de la ONU apuntan que en pocos años 'la mitad de todas las actividades bancarias y el 80% de las de corretaje' se efectuarán a través de la Red.

Fue en febrero de 1995 cuando la banca por teléfono se apuntó su mayor espaldarazo público. El presidente del entonces sólo Banco de Santander, Emilio Botín, anunciaba a sus accionistas el 18 de febrero de ese mismo año el lanzamiento de Open Bank.

A diferencia del Bex Directo, el grupo Santander realizó una fuerte campaña de imagen de su nueva aventura bancaria, la telefónica. El efecto fue inmediato. Un banco abierto, como indicaba su nombre. Los bajos costes y sus ofertas comenzaron a poner nerviosos a sus más directos competidores.

Era lógico. El Santander había sido el primer banco español en apostar por las cuentas de alta remuneración en 1989, las conocidas supercuentas, producto que le permitió dar el gran salto en la clasificación de la banca española. Desde entonces, Emilio Botín dejó de ser conocido como el hijo del gran banquero cántabro, don Emilio, para pasar a ser descrito como el banquero más agresivo del país, que en poco tiempo había logrado llevar al Santander del décimo puesto al primero, ayudado por el éxito de las supercuentas y por la compra de Banesto en 1994, que le otorgaba el liderazgo en la banca española.

El éxito que rodeaba todas las operaciones de Botín hacían imprevisible un fracaso. Pero la experiencia de Open Bank no fue la esperada. El ladrillo seguía imperando en la banca y los clientes preferían la oficina tradicional, con un trato personalizado, frente a la banca telefónica, que sólo utilizaban para consultar saldos o realizar operaciones menores.

Ese año, 1995, la banca española comienza a hacer sus primeros pinitos en Internet, pero de forma muy tímida. Casi de puntillas los bancos empiezan a operar en la Red, pero su actividad en este canal es aún marginal y anecdótica. Se reduce casi a la presentación en la Red de una serie de estudios económicos y financieros o a ofrecer información corporativa. En 1999, sin embargo, se produjo otro acontecimiento en la banca española en un momento en el que las empresas tecnológicas o puntocom parecían la panacea de la economía. Llegaba el boom de Internet, y con ello la banca virtual.

Nuevamente Argentaria, aunque ya presidida por Francisco González, se adelanta al resto de sus competidores y pide autorización para poner en marcha el primer banco por Internet en España, Uno-e.

Uno-e fue autorizado, pero tuvo aún que esperar algunos meses antes de que hiciera su lanzamiento, ya que su autorización coincidió con el proyecto de fusión alcanzado entre Argentaria y BBV. Uno-e nace bajo el concepto de supermercado financiero y en su capital entra Telefónica a través de Terra Lycos, con el 49% del capital (hoy es del 33%).

Bankinter secundó esta iniciativa y también solicitó, casi en paralelo, una nueva licencia para operar en Internet con la creación de un nuevo banco. Bankinter, sin embargo, nunca llegó a poner en funcionamiento esta filial al optar por potenciar Internet como un canal alternativo a las oficinas. De hecho, Bankinter fue el primero que apostó claramente por la banca virtual como un brazo más de su operativa diaria -supo combinar el ladrillo con lo virtual-, y hoy está considerado como unos de los mejores bancos del mundo por la Red.

Entre medias, en mayo de 1999, otro grupo bancario, el holandés ING, empieza a operar en España a través de una sucursal dependiente de Holanda. Su atractivo pone en marcha una fórmula novedosa, sólo ofrece depósitos de alta remuneración pero para saldos pequeños a través del teléfono e Internet. Su lema, 'Tu otro banco, ING Direct'.

Se presenta como el segundo banco para el cliente, con un producto estrella, la cuenta naranja, que ofrecía entonces una rentabilidad del 3,10% TAE, con disponibilidad inmediata y sin comisiones. Su lanzamiento coincidió con unos tipos de interés bajos, razón por la que los bancos apenas se molestaban en competir por la captación de depósitos a través de altas remuneraciones. La media era del 0,15% en cuentas y del 1,64% en depósitos a plazo. Las previsiones de ING Direct en España eran captar 200.000 clientes y ser rentable en un plazo tan amplio como tres a siete años.

Tres años después, ING Direct se ha convertido en un auténtico fenómeno bancario. La sencillez de sus productos, la claridad de sus mensajes, y sobre todo, la alta remuneración de sus depósitos -la más alta del mercado, ofrece un 7% en depósitos a un mes y un 4% en la Cuenta Naranja- le han permitido superar sus previsiones. Hoy cuenta con más de 500.000 clientes en España, gestiona un pasivo de 4.800 millones de euros, y sus pérdidas están a punto de convertirse ya en beneficios. En menos de tres años se ha situado en el octavo puesto de la banca española por volumen de depósitos. El auge de Internet parece imparable, ninguna entidad financiera quiere quedarse fuera. De esta forma, el Santander Central Hispano quiere tomar posiciones, y en marzo de 2000 inicia su proyecto en Internet al comprar el 75% del portal latinoamericano Patagon.com por 540 millones de euros. Su potencial de clientes ese año se cifró en 500 millones de personas. Poco después, el Santander decidió fusionar Open Bank con Patagon en España y empieza a competir en precios con ING.

Las cajas también hacen sus pinitos en Internet. La CECA crea una plataforma para sus asociadas. Internet y el teléfono no son rentables aún, pero toda entidad financiera que se precie tiene que ofrecer estos servicios. Otros bancos y cajas deciden también apostar por la creación de filiales independientes en Internet y por teléfono. Nace Activobank, del Banco Sabadell y su socio el Banco Comercial Portugués (BCP), que ofrece productos de terceros principalmente. El Banco Popular decide entrar en esta aventura con Banco Popular-e, aunque su proyecto nace bajo el paradigma de la rentabilidad desde el primer año, y lo logra. Se convierte en el primer banco por Internet en obtener beneficios, aunque modestos. (200.000 euros en el primer semestre) Su secreto: no competir en precios y ofrecer productos tanto de pasivo como de activo.

Ahora el Popular pretende reforzar su filial por Internet con la apertura de 20 oficinas propias, ya que sabe que el cliente quiere, aunque sea en alguna ocasión, tratar cara a cara con el gestor de su dinero. Socios tan destacados como Caja Madrid, el Banco Zaragozano, El Corte Inglés, Terra Lycos, Indra, y posteriormente la Caja de Ahorros del Mediterráneo y Cajamar, últimas en incorporarse, ponen en marcha Inversis.

Muchos clientes, pero a alto coste

Pero las expectativas puestas en Internet y en la banca telefónica tardan en llegar. Sólo ING Direct consigue sus objetivos de clientes rápidamente, aunque a altos costes. Según expertos publicitarios, ING ha gastado entre enero y mayo prácticamente el 10% de toda la publicidad financiera -de bancos y aseguradoras- en España. A pesar de ello, ING Direct espera obtener sus primeros beneficios en España en el último trimestre de este año, aunque no será hasta 2003 cuando conseguirá sus primeros resultados positivos anuales.

Patagon, que el último año ha experimentado un gran crecimiento, también prevé cerrar el año con beneficios, 230.000 euros. Pero en el camino se han quedado 700 millones de euros de pérdidas asumidos por el Santander por culpa de Patagon América, división que ha vendido a sus fundadores. Uno-e tampoco ha cumplido los objetivos previstos. Tras retirarse a mediados de 2001 de la guerra de precios, ha asumido los clientes de otra filial del BBVA, el banco de financiación al consumo Finanzia, con lo que ya cuenta con la mayor masa crítica de clientes (2,2 millones) de la banca online de España.

Hasta mayo pasado, y en sólo dos años, los bancos que sólo operan por Internet y el teléfono habían captado en España 7.925 millones de euros, lo que representa el 3% de cuota de mercado del total de la banca. De ellos, ING Direct controla el 1,29%. Uno de los problemas para el despegue de estos canales es la desconfianza de los usuarios a poner sus datos en la Red. Garantizada la seguridad, el despegue está asegurado.

Mañana martes, capítulo 9: Euros de plástico.

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