Dragados y Boliden se culpan del vertido y la sueca amenaza con iniciar demandas
La multinacional minera sueca Boliden Limited no piensa pagar la multa de 45 millones de euros que le impondrá el Gobierno por los efectos del vertido tóxico de Aznalcóllar en 1998, según anunció el propio presidente de la compañía, Jan Johansson, en declaraciones al diario sueco Norra Vasterbrotten.
La compañía recurrirá la multa ante los tribunales en el caso de que les llegue la notificación, que aún no ha recibido, según Johansson. El responsable de Boliden añadió, además, que si las investigaciones indican que existió una responsabilidad civil por el accidente, esta responsabilidad deberá recaer sobre la empresa constructora de la balsa que se rompió en 1998 provocando la catástrofe. Johansson se refiere, sin citarla, a Dragados, cuyas filiales Geocisa e Intecsa construyeron la balsa siniestrada.
El responsable de Boliden advirtió que 'redirigirá las sanciones impuestas a Boliden contra los últimos responsables de la construcción de la balsa'. Boliden tiene en estudio la presentación de una demanda contra Dragados, según anunció hace dos años. El importe barajado ronda los 420 millones de euros.
El director de relaciones institucionales de Dragados, José Azpilicueta, por su parte, respondió ayer a Boliden diciendo que la multinacional 'quiere desviar la atención sobre la causa fundamental del desastre ecológico'.
En opinión de Azpilicueta, la compañía sueca es la responsable del vertido 'porque una balsa proyectada para almacenar lodos espesos estaba en realidad almacenando millones de metros cúbicos de agua contaminada'.
En cualquier caso, la única forma de lograr indemnizaciones por parte de Boliden es conseguir demostrar dos cosas por la vía judicial. Primero, que su filial Boliden Apirsa fue la responsable del accidente. Y, segundo, que las personas que tomaban las decisiones en la filial son las mismas que lo hacían en la matriz, lo que en términos jurídicos se denomina alzamiento del velo.