Las compras con Red
Aceite de oliva virgen, azafrán de La Mancha, productos de caza, queso manchego, mazapanes caseros, bordados artesanales... Más de 85 pequeñas y medianas empresas de Castilla-La Mancha venden todo tipo de productos artesanales por Internet desde 1999, cuando Rose, una empresa familiar toledana, decidió crear una plataforma de comercio electrónico apoyada por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. La plataforma, accesible desde la dirección www.denuestratierra.com, se ha extendido a otras regiones españolas como Andalucía, Extremadura y Valencia, y ayuda a mejorar la presencia en Internet de estos pequeños comercios a través del desarrollo de páginas web, alojamiento de información, diseño y construcción de tiendas virtuales personalizadas, traducción lingüística, reserva de dominios, altas en portales y buscadores, carrito de la compra...
Esta tienda virtual, que comercializa un alto porcentaje de productos fuera de España, demuestra que una venta electrónica efectiva no sólo está al alcance de poderosas líneas áreas como Iberia o cadenas de distribución como El Corte Inglés, dos de las compañías que lideraron el comercio electrónico el año pasado.
'Cualquier empresa, con independencia de su dimensión, puede hacer uso de las posibilidades comerciales que brinda Internet, extendiendo su presencia a segmentos de mercado hasta ahora de difícil acceso', explica el catedrático de Economía Emilio Ontiveros en su libro La economía en la Red. 'Sin embargo, el que una empresa pueda tener esa presencia no significa que se traduzca en ventas suficientes'. Como pone de manifiesto Ontiveros, la Red ha puesto al alcance de cualquier empresa una infraestructura nueva y enormemente accesible, reductora de costes, incluidos los modos tradicionales de transmisión, que contribuye a la transformación en las compañías y a la organización más eficiente de sus procesos con independencia de su tamaño.
Sin embargo, aunque nadie duda a estas alturas de que Internet ha revolucionado la forma de hacer negocios en las empresas, traducir esos cambios en beneficios concretos se ha revelado como una odisea empresarial al alcance de unos pocos. Compañías rentables como Amazon, Ebay o Yahoo no son tan comunes ni tan fáciles de crear, como muchos inversores y emprendedores han pensado durante mucho tiempo. Para darse cuenta de que con Internet no es nada fácil hacer dinero ha hecho falta el cierre de cientos de empresas, drásticos ajustes de plantillas y multitud de reorientaciones de negocio desde aquellos días no muy lejanos en los que el dinero se rendía ante cualquier emprendedor con una idea puntocom en la cabeza. Desde enero de 2000, han desaparecido al menos 862 empresas de Internet, la mayoría de las cuales se encuadra en la categoría de comercio electrónico y contenidos.
Pero tras más de dos años de efervescencia, en los que se llegaron a ver casos como el de Pets.com (que recibió más de 53 millones de euros para vender comida de perro a través de Internet), parece que la calma ha llegado al sector. Un informe de la consultora Webmergers, que contabiliza mes a mes los movimientos en las empresas de Internet, afirma que el número de cierres y bancarrotas ha caído este año un 73% respecto a 2001 en todo el mundo. ¿Se ha llegado a una consolidación en el comercio electrónico?
'Aún veremos bastante movimiento en el sector', afirma Fernando Pardo, presidente de la Asociación Española de Comercio Electrónico (AECE). 'No tanto cierres de empresas como fusiones y compras de compañías como una forma para evitar la quiebra. Aún hace falta que el sector se consolide un poco más hasta que alcance la madurez'. Según el último informe que ha publicado la AECE, en España ya son más de 1,1 millones de internautas los que realizan compras en línea, por un importe superior a 520 millones de euros. Esta es todavía una cifra escasa, teniendo en cuenta que todo el sector del comercio minorista en España factura 120.000 millones de euros.
'El uso de Internet para comprar va creciendo al ritmo que esperábamos; las cifras se duplican año a año', asegura Fernando Pardo. 'Sin embargo, aún es insuficiente, teniendo en cuenta que en España hay ocho millones de internautas y sólo compra un millón'. A eso se suma el estancamiento producido en los últimos meses en el crecimiento del número de usuarios de Internet. Según la última oleada del Estudio General de Medios, el número de internautas ha crecido sólo medio punto desde la oleada anterior, lo que, a juicio de un experto del organismo, 'supone la constatación de un brusco frenazo. Parece que los que tenían que llegar a Internet ya lo han hecho, y cada día lo utilizan más, pero ahora la dificultad está en incorporar nuevos usuarios'.
Así lo constata también un estudio elaborado por el Grupo Auna, donde se pone de manifiesto que España es uno de los países más rezagados de Europa en lo que a número de internautas y uso de ordenadores se refiere. Además, el informe señala que, a lo largo de 2001, el ritmo del crecimiento del número de internautas se ha estancado debido a 'estrategias comerciales, y no a una tendencia perdurable. Si se tiene en cuenta que la media europea de usuarios de Internet es del 47% de la población, España se situaría a la cola de los países europeos en este sector'.
Según la AECE, para invertir esta peligrosa tendencia son necesarias campañas masivas para explicar a la sociedad las ventajas que puede tener Internet como canal de compras. Y más, teniendo en cuenta que la principal razón por la que los españoles no adquieren bienes y servicios en la Red es por desconocimiento, según el estudio de la AECE.
El Consejo Empresarial para la Sociedad de la Información (CESI), dependiente de la CEOE, también propone la implantación de una serie de incentivos y medidas fiscales para impulsar la venta electrónica. Según este organismo, la inversión necesaria para la puesta en marcha del plan sería 18 millones de euros anuales, y la coordinación correría a cargo del Ministerio de Economía, las comunidades autónomas, las organizaciones empresariales, empresas del sector y la CEOE.
La clave está, según Fernando Pardo, 'no en las subvenciones, sino en llegar a acuerdos con fabricantes de ordenadores y empresas de Internet para lanzar campañas que atraigan a los potenciales usuarios'.
Las categorías de productos más vendidos siguen siendo los discos (28,4%) y los libros (26,5%), según cifras de la AECE. En tercer lugar aparecen los contenidos para adultos (26,3%), seguidos de programas informáticos (18,8%), artículos de electrónica (18%) y reservas de viajes (17,8%). Sin embargo, el mayor crecimiento durante el último año ha sido la compra en supermercados en línea, que ya alcanza el 12,5% de la población, un aumento del 3% desde 2001.
Los internautas empiezan a confiar en la Red. El miedo a dar los datos personales o la desconfianza en los sistemas de pago ya no son esgrimidos por los españoles como las principales razones para no comprar en Internet. El principal obstáculo que exponen ahora para no adquirir bienes y servicios en línea es la 'falta de ventajas' frente a las tiendas tradicionales o el desconocimiento de este canal.
Creación de Mobipay
Los internautas confían sobre todo en las tarjetas de crédito como medio de pago, que ya son utilizadas por el 49,7% de los usuarios. El contra reembolso (36,6%) y la domiciliación bancaria (8,9%) son los otros dos sistemas más utilizados para comprar a través de Internet. Sin embargo, es probable que en un futuro no muy lejano estos métodos de pago evolucionen hacia otros modelos mucho más seguros y que gocen de la entera confianza del internauta.
El sector tiene puestas muchas esperanzas en el pago a través del teléfono móvil. Entidades financieras, procesadores de pago y operadoras de telefonía móvil se han implicado de lleno en la creación, el pasado junio, de Mobipay, una plataforma de pago a través del móvil que pretende incrementar la seguridad en las compras por Internet.
En el accionariado de Mobipay figura el 80% del sistema financiero español con 92 bancos, cajas y cooperativas de crédito, además de los tres procesadores de pagos (Sermepa-Visa, Euro 6000 y 4B) y los tres operadores de telefonía móvil (Telefónica Móviles, Vodafone y Amena). Se pretende que el móvil se convierta en el sustituto de la tarjeta de plástico para las compras en línea, con una ventaja: el usuario no tiene que dar ningún dato financiero, ni número de cuenta ni de tarjeta. Sólo tendrá que teclear en el teléfono una referencia que le facilitará alguno de los 800.000 establecimientos que contarán con este sistema, o bien un gestor de referencias que aparece en la página web. Luego, el sistema autentifica tanto la compra como el pago mediante una secuencia de mensajes de texto entre el móvil del usuario y el terminal del comercio.
Además del móvil, las tarjetas con chip, las cibertarjetas, las llaves USB (de conexión externa) y sus programas asociados (certificados digitales y otras aplicaciones de seguridad) representan la alternativa a los medios de pago convencionales. Su porcentaje no es aún representativo en un mercado de 45,5 millones de tarjetas bancarias, con el que se realizaron el 10,4% de las compras en España el pasado año.
En definitiva, se trata de que el internauta empiece a confiar plenamente en el comercio electrónico como una alternativa igual de válida que la compra tradicional. En el futuro, quizás veamos cómo las pequeñas tiendas de Castilla-La Mancha venden más en la Red que en sus establecimientos reales. Por el momento, gracias a Internet están consiguiendo traspasar sus fronteras naturales, aumentar su volumen de negocio y vender mazapanes hasta en Japón.
mañana miércoles, capítulo 5: La reina de los envíos.