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'Efecto tango'

SCH y BBVA dotan más de 900 millones este año para resistir en Argentina

Cumplido el plazo de tres meses que el Santander Central Hispano calculó que duraría la liquidez para permanecer en Argentina, no parece que ni el banco presidido por Emilio Botín ni su competidor, el BBVA, tengan, de momento, intención de salir del país. Aunque en sus declaraciones públicas insisten en condicionar su permanencia a que el sistema sea viable y rentable, y no quieren ampliar capital, lo cierto es que tanto el BBVA Francés como el Río SCH trabajan en proyectos que reflejan su voluntad de permanencia, adaptando sus estructuras y planes de negocios a la nueva y compleja realidad creada por la crisis.

Desde la devaluación del peso en enero, el grupo BBVA ha provisionado su inversión en el Banco Francés al 100%. La factura argentina para los dos bancos el año pasado ascendió a más de 3.400 millones de euros.

Desde comienzos de año, el BBVA ha destinado 160 millones de euros a una línea de crédito de corto plazo, para inyectar liquidez en su filial argentina. Asimismo, ha aportado otros 60 millones para hacerse cargo de las acciones que el Francés tenía en el BBVA Banco de Uruguay, con el fin de cortar en seco el posible contagio entra las dos filiales. Finalmente, en junio, se abrió otra línea de crédito por un importe total de 223,9 millones de euros, para capitalizar al Francés, con lo que ha aumentado el control sobre esta filial, aunque en una operación que ya estaba comprometida antes del agravamiento de la crisis.

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El Francés se ha beneficiado así de aportes concretos de dinero de su matriz. Y, por otra parte, el Banco Central de Argentina, al igual que lo ha hecho y lo sigue haciendo con otras entidades, ha aportado liquidez al banco para que pueda seguir funcionando y atendiendo las necesidades de sus operativas con clientes. Fuentes del Banco Central indicaron a Cinco Días que 'el Francés ha recibido, en los últimos meses, pases contra títulos y líneas de redescuentos, en un monto que no podemos cuantificar'. Pero, de acuerdo con fuentes del sector en Argentina, la liquidez que el Banco Central ha concedido a la filial del BBVA supera los 200 millones de pesos (65 millones de euros).

En el caso del Río, los rumores de retirada del mercado que se desataron a comienzos de año, en el pico de la crisis devaluatoria, se acentuaron en abril. Fue cuando el consejero delegado del SCH, Alfredo Sáenz, afirmó que no se pondría más dinero en la filial y que, cuando se acabara la liquidez, llegaría el momento del cierre del Río. Sus declaraciones fueron relativizadas por el propio Sáenz y el presidente del banco, Emilio Botín. Sin embargo, ambos dejaron muy claro que no habría aportes de capital y que la permanencia del grupo depende de la rentabilidad y de la normalización de la economía argentinas. En los dos primeros trimestres de este año, el SCH ha realizado provisiones por un total de 480 millones de euros, 380 en el primero y 100 millones en el segundo, forzadas por la devaluación del peso.

El Banco Río tuvo desde antes del estallido de la crisis una política muy prudente. De hecho y tras identificar a la liquidez como una variable crítica, los responsables del banco constituyeron reservas de efectivo durante todo 2001 a través de la reducción de su cartera de títulos públicos. En total, el Río vendió 1.500 millones de dólares en papeles de deuda argentina. Así, soportaron mejor que otras entidades la gran salida de depósitos que condujo a la implantación del corralito. Entre marzo y abril de este año, el banco decidió realizar una subordinación de la deuda (o diferimiento de pagos) contraída con el SCH y subsidiarias del grupo, por 161 millones de dólares.

Así, el banco incrementó su capitalización y presentó un 'plan integral de refinanciación de pasivos al Banco Central', según explicaron fuentes de esta entidad. El plan, elevado a la autoridad monetaria, le permitió al Río obtener el mes pasado una asistencia de liquidez (redescuentos) del Banco Central por 328 millones de pesos (unos 97 millones de euros). Pero la clave del programa elaborado por los técnicos del Río es la refinanciación de la deuda del banco con el exterior. El punto nodal de este plan, presentado al Banco Central en mayo, es una refinanciación de las deudas en dólares del Río con sus acreedores externos a un plazo de cinco años. La propuesta consiste en que el Banco Central autorice y, en cierta forma respalde formalmente, al Río a comprar los dólares que las empresas exportadoras vayan ingresando a Argentina. En la medida en que esos exportadores cuentan con líneas crediticias para sus operaciones concedidas por el banco, lo que éste pretende es asegurar a sus acreedores externos el pago de sus deudas con ellos a través de la compra, al tipo de cambio del momento, de los dólares que sus clientes exportadores vayan ingresando del exterior. Si la autoridad monetaria de Argentina da su visto bueno, la situación podría ser amortiguada.

La banca asume que la recuperación de la confianza llevará años

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La catástrofe económica de Argentina, que se precipitó tras la congelación de depósitos de diciembre del año pasado, dejó al sector bancario en situación de quiebra técnica. De hecho, el corralito implantado por el ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, el 3 de diciembre, supuso una aceptación implícita de la situación de los bancos. Desde su asunción el 1 de enero, el presidente Eduardo Duhalde no ha podido resolver la situación y el sistema monetario y crediticio está paralizado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Desde entonces los dos bancos españoles se debaten entre si permanecer o no en el país a la espera de medidas convincentes. Entre tanto, la viga maestra de su actuación en el país suramericano pasa por consolidar y avanzar su presencia en el mercado minorista. Los responsables del Francés y del Río trabajan sobre la hipótesis de que la reconstrucción de la confianza en el sistema bancario llevará muchos años. En tanto que el sector corporativo tardará en recuperarse, la estrategia inmediata es centrarse en ganar la mayor parte del sector minorista. Para ello se preparan planes agresivos de atracción de clientes en vistas a aumentar los ingresos procedentes de comisiones. En el caso del Río, el índice de recurrencia, esto es, el aporte a los gastos de funcionamiento de la estructura bancaria procedentes de comisiones, se acerca al 80%. Un nivel muy cercano al equilibrio. El Banco Francés no ha aportado datos al respecto, pero cuenta con un universo de clientes importante y de ingresos altos y medios. Pese a la crítica situación de la economía y de la banca en Argentina, los bancos españoles no cejan en idear ingenios capaces de mantenerlos en el ruedo americano.

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