Los sectoriales, penalizados
Los fondos sectoriales están acusando con fuerza la crisis bursátil. Tan sólo los que invierten en compañías mineras y en inmobiliarias acumulan ganancias en lo que va de año
No es éste, sin duda, un momento óptimo para la renta variable en general. Pero mucho menos rentable está resultando la apuesta sectorial, que está viviendo con especial intensidad la crisis bursátil. Los fondos sectoriales estuvieron muy en boga entre 1999 y 2000, antes de que estallara la burbuja bursátil. Por aquel entonces nacieron multitud de productos con políticas de inversión muy específicas, con la intención de extraer el máximo de rentabilidad, según qué contexto y en función de las especificidades de un sector en concreto. Así llegaron a España los fondos tecnológicos, los biotecnológicos, los financieros o los de recursos naturales. Fondos que nacían en muchos casos con una política de inversión global, bajo la tesis de que la globalización de los mercados hacía cada vez menos relevante la inversión regional.
A estas alturas del año, y con la que está cayendo en los mercados, son escasos los sectores que se salvan de los números rojos. Tan sólo dos categorías de fondos sectoriales, la de compañías mineras y la de compañías inmobiliarias, acumulan ganancias medias desde el mes de enero. Dos categorías, por cierto, que suelen servir de refugio en épocas de crisis. Según los datos de Morningstar, existen fondos que invierten en el sector inmobiliario que acumulan desde enero unas ganancias cercanas al 10%. No es la tónica general, y los hay en pérdidas, pero desde luego es mucho más de lo que otras categorías han conseguido. Es lógico, sin embargo, pues el inmobiliario es un tipo de activo seguro por el que apuestan muchos inversores en épocas de inestabilidad.
Entre los fondos que invierten en compañías auríferas, las revalorizaciones son sobresalientes, hasta alcanzar casi el 50%. 'A lo largo del primer semestre de 2002, el oro vivió una revalorización impresionante', explica el gestor del World Gold Fund, de Merrill Lynch Investment Managers. 'Las perspectivas para el oro siguen siendo bastante buenas', añade en el informe del fondo correspondiente al 30 de junio. 'Los malos rendimientos de los mercados de valores y la incertidumbre política en ciertas partes del mundo siguen animando a la búsqueda de activos refugio'.
La otra cara de la moneda la representan aquellos fondos especializados en sectores de crecimiento, los denominados TMT (tecnologías, medios de comunicación y telecomunicaciones). Son muchos los fondos tecnológicos que nacieron muy poco antes de que estallara la burbuja, en marzo de 2000, y que llevan más de dos años acumulando caídas. En lo que va de año, las pérdidas oscilan entre el 3% y el 60%. 'A no ser que ocurra algo imprevisto, la segunda mitad de 2002 podría suponer un punto de inflexión para el sector tecnológico', confía Grant Cowley, gestor de Schroders. 'Desde el punto de vista de los beneficios, el año pasado fueron numerosas las empresas que se embarcaron en drásticos programas de racionalización que han eliminado del sector una buena cantidad de costes, lo que debería estimular los beneficios. Con esta mejora, los resultados deberían ser muy superiores a los pésimos niveles de 2001'.
Junto con el tecnológico, el sector de telecomunicaciones ha sufrido en extremo la crisis. Los fondos que específicamente invierten en este sector se han visto lapidados por la enorme deuda que arrastran las telecos y por el retraso del UMTS, tecnología llamada a revolucionar el sector.
De la misma manera, las pérdidas de los fondos biotecnológicos, tan sólo en este año, se sitúan entre el 50% y el 60%. Este sector ha sufrido de su propia idiosincrasia, pues lo componen compañías llamadas a obtener elevados beneficios en caso de tener éxito en sus investigaciones médicas, pero para lo cual necesitan mucha inversión, cuya amortización está sujeta, precisamente, al éxito de ese medicamento. Estas compañías se vieron muy penalizadas una vez que el mercado decidió retirar su confianza a las compañías sin beneficios consistentes.
El desplome de los fondos TMT no es ninguna novedad, pues son ya meses y meses de caídas continuadas. Lo que sí sorprende es el giro a peor que en las últimas semanas han sufrido otro tipo de sectores, más defensivos, y que habían hecho las veces de refugio cuando se fue confirmando la desaceleración. Los fondos que invierten, por ejemplo, en el sector financiero o en el eléctrico acumulan pérdidas desde enero que superan en muchos casos el 20%. Ahí es donde más se aprecia, en definitiva, la falta de confianza de los inversores, no ya hacia unos sectores determinados, sino a todo el mercado en su conjunto. El sector financiero, concretamente, está sufriendo las consecuencias de los escándalos contables, ante el temor de que muchos de los préstamos realizados a las empresas queden impagados, debido a la desaceleración.
La inversión sectorial, sin embargo, no se ha creado para que el inversor apueste por un tipo de activo concreto y se la juegue. Las gestoras de fondos recomiendan siempre la diversificación, para lo cual este tipo de fondos resultan útiles a la hora de crear una cartera formada por productos con diferente vocación inversora.