El superávit de las cotizaciones
Los últimos datos de paro y afiliación a la Seguridad Social ofrecen buenas y malas noticias. El número de parados registrados en el Inem bajó el mes pasado 18.941 personas, el doble que en julio de 2001. Sin embargo, la tasa de paro sigue mostrando un crecimiento interanual del 6,6% y el porcentaje de contratos indefinidos es inferior al registrado en los últimos meses. Más importante aún que la tasa de paro registrado es el aumento constante del número de afiliados a la Seguridad Social: 36.197 más en julio, con lo que se mantiene el crecimiento sostenido del 3% registrado en el último año. El aumento en el número de afiliados ha permitido elevar a 31.175 millones de euros la recaudación por cotizaciones sociales hasta el mes de junio (último disponible), un dato que supera en un 4,2% lo presupuestado para esta fecha.
Todo apunta, pues, a que la Seguridad Social puede cerrar este ejercicio con un superávit superior al previsto, aun teniendo en cuenta el desvío de gasto en el pago de pensiones provocado por el repunte de la inflación. El Gobierno piensa cerrar este año y el próximo con equilibrio 'en el conjunto de las Administraciones públicas', una previsión que permite presentar ante Bruselas un expediente fiscal mucho más saludable que el de socios como Francia, Alemania o Portugal. Sin embargo, tras ella se oculta un déficit del 0,5% del PIB en las cuentas de la Administración central, que se verá compensado por un superávit similar en las cuentas de la Seguridad Social en ambos ejercicios. Hace unos días se supo, además, que el Inem no ha transferido a su presupuesto de este año casi 1.000 millones de superávit del ejercicio 2001. El dinero ha ido a parar a la cuenta de la tesorería general del Estado, contribuyendo también a reducir déficit.
El Gobierno no parece dispuesto a seguir acumulando superávit en la caja de la Seguridad Social y el debate ahora es cómo empezar a repartirlo. Una de las opciones más barajadas es la de potenciar las rebajas selectivas de cotizaciones sociales para las empresas, con el fin de favorecer la inserción laboral de determinados colectivos. El debate pendiente desde hace tiempo seguramente volverá a considerarse prioritario si la economía repunta en 2003 y el superávit de la Seguridad Social deja de ser necesario para poner en equilibrio la balanza presupuestaria.