Brasil busca un acuerdo con el FMI para tranquilizar a los mercados
El Gobierno de Fernando Henrique Cardoso intentará alcanzar, desde hoy, un compromiso que calme a los inversores y paralice la depreciación del real, en medio de la crisis de confianza y el clima de incertidumbre política y económica que vive la primera economía latinoamericana.
El acuerdo es complicado porque Brasil se enfrenta a las elecciones del 6 de octubre y el FMI se dispone a evaluar los programas de los principales candidatos en liza, algunos de los cuales han criticado el peso de dicho organismo en la política económica de la última década.
Las gestiones de la delegación brasileña, encabezada por el secretario ejecutivo del Ministerio de Hacienda, Amaury Bier, se vieron precedidas ayer por el respaldo de la Casa Blanca, que ha prometido su apoyo a futuras asistencias para Brasil y enfatizado las sólidas políticas económicas de ese país. "Estados Unidos seguirá apoyando la asistencia financiera internacional para Brasil. Esa es la posición del presidente y la posición de la administración, incluido el secretario (del Tesoro), desde luego", indicó el martes Ari Fleischer, portavoz de la Casa Blanca, saliendo al paso de unas polémicas declaraciones del secretario del Tesoro, Paul O'Neill, en las que aludía al riesgo de posibles desvíos a bancos suizos de asistencias multilaterales para Brasil, Argentina y Uruguay si no se aplican políticas económicas correctas.
El presidente del Banco Central de Brasil, Arminio Fraga, ha señalado sobre las negociaciones con el Fondo que "la idea es explorar la posibilidad de desembolsos 'frescos' hasta el próximo año". El Fondo Monetario, por su parte, sólo ha indicado que espera que las conversaciones sean "productivas".
Los bancos siguen cerrados para evitar una fuga masiva de capitales, mientras el real se ha depreciado ya un 42% en lo que va de año y, ayer, el cambio cayó a mínimos históricos, un 3,3%, a 3,295 por dólar, su séptimo cierre consecutivo de récord de pérdidas.