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Crisis en los mercados

Valores bajo mínimos

El pánico vendedor de la última semana ha roto todos los soportes. El pasado miércoles, previo al rebote del jueves, una docena de valores del Ibex se situaban por debajo de los mínimos del 11-S. Siete de ellos se mantienen bajo ese nivel

En una entrevista para la televisión, en octubre de 2001, el entonces recién nombrado presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Blas Calzada, se refirió al colapso bursátil que tuvo lugar tras el 11 de septiembre. 'Saldremos de ésta', dijo. 'Es una tragedia, pero siempre hemos tenido tragedias a lo largo de la historia'. A continuación, y dejando boquiabierto a más de un analista por lo impropio de su declaración, el presidente de la CNMV recomendó invertir en compañías energéticas, aunque, eso sí, sin especificar valores concretos. En el periodo transcurrido desde el 9 de octubre -fecha de aquella entrevista- hasta ayer, Iberdrola, Unión Fenosa, Repsol y Endesa han perdido entre un 16% y un 32% de su valor, según los casos, y se encuentran entre los peores valores del índice de los últimos 10 meses. El pánico vendedor de esta semana ha situado incluso a cinco de ellas -Repsol, Endesa, Gas Natural, Iberdrola y Unión Fenosa- por debajo de los mínimos del 21 de septiembre. Otros siete valores del índice han corrido la misma suerte en las últimas sesiones.

Al margen de la tragedia humana que supuso aquel 11 de septiembre, el impacto sobre los mercados de valores fue de tal magnitud que los índices, en caída libre, se situaron a los niveles de septiembre de 1998, corrigiendo, aparentemente, todos los excesos de la burbuja bursátil de finales de los noventa.

Aquella caída hizo pensar a los analistas que las Bolsas por fin habían tocado suelo y que, a poco que la economía diera síntomas de recuperación, los mercados deberían recuperarse. Nada más lejos, sin embargo, de la realidad. El pánico vendedor que se apoderó del mercado a mediados de esta semana colocó muchos índices por debajo de aquellos mínimos del 21 de septiembre. A pesar del rebote posterior, el Ibex 35 llegó a situarse el pasado miércoles en los 5.824,2 puntos, un 6,9% por debajo de los niveles tras los atentados, e incluso por debajo del suelo que alcanzó durante la crisis de los países emergentes -6.049,88 puntos- el 28 de octubre de 1997. El rebote posterior ha evitado males mayores, y el índice ha cerrado la semana en los 6.303,4 puntos, con una pérdida de tan sólo el 1,82%.

Una docena de valores ha seguido -o más bien arrastrado- esta semana al Ibex hasta situarse bajo mínimos, entre ellos algunos de los que más pesan en el índice: Santander, BBVA y Endesa. Telefónica también ha llegado a rebasar ese límite, pero no ha sido esta semana, sino el pasado 3 de julio, afectada por la rebaja de las calificaciones de las telecos europeas y por la incertidumbre electoral brasileña.

'Es cierto que algunos auguraban un escenario incierto para este año, pero sin duda totalmente diferente al abandono en que se encuentran las Bolsas ahora', comentaba el pasado miércoles José Luis Martínez, economista de Citigroup. Un abandono provocado por una profunda falta de confianza de los inversores en el mercado, que no se ceñía a unos valores u otros, sino que afectó por igual a toda la Bolsa. El inversor, principalmente el institucional, le ha dado la espalda a la renta variable en las últimas semanas a raíz de escándalos contables estadounidenses como el de Worldcom. La creciente correlación entre los mercados mundiales ha provocado el desplome, no sólo de Wall Street, sino de los índices de todo el globo, hasta niveles que muchos analistas veían injustificados, dado que las perspectivas macroeconómicas apuntan ya a una recuperación leve.

La temporada de presentación de resultados, además, no ha ayudado en absoluto, pues son numerosas las grandes compañías que en los últimos días han advertido de que sus beneficios pueden ser menores en los próximos meses. 'La falta de credibilidad en el sector empresarial y la volatilidad van a seguir marcando el ritmo de los mercados, a la espera de que finalice el periodo de comunicaciones ante la SEC el regulador estadounidense a mediados de agosto', apuntan en Safei.

De las 35 compañías que componen el Ibex, 12 se han situado por debajo de los mínimos de septiembre. Siete de ellas -a pesar de la corrección al alza del jueves- se mantienen todavía por debajo de ese nivel: Repsol, Endesa, Gas Natural, Iberdrola, Unión Fenosa, Sol Meliá y Sogecable. La mayoría, además, compañías del sector energético.

Repsol, con un cierre ayer en los 11,52 euros, se encuentra un 16,22% por debajo de los 13,75 euros que marcó el 21 de septiembre. La compañía arrastra desde hace meses las consecuencias de la devaluación del peso argentino y del real brasileño, a raíz de la incertidumbre en la región latinoamericana. Las eléctricas, entre tanto, están acusando las incertidumbres del marco tarifario del mercado eléctrico español, como también, sobre todo en el caso de Endesa, la inestabilidad americana. La compañía presidida por Manuel Pizarro pierde un 24,82% con respecto al mínimo de septiembre. Las pérdidas de Iberdrola, Gas Natural y Unión Fenosa, en relación con aquella fecha, ascienden al 12,07%, al 11,57 y al 7,83%, respectivamente. Sogecable, con una caída del 21,8%, se ha visto penalizada por la incertidumbre en torno a la fusión de las plataformas de televisión digital, así como por la presencia de Vivendi en su accionariado. Sol Meliá cae un 4,19% desde aquel 21 de septiembre ante las malas perspectivas turísticas para este verano.

Ida y vuelta

El desplome, sin embargo, no ha afectado por igual a todas las compañías. Muchas de las que el miércoles tocaron mínimos han hecho un viaje de ida y vuelta y han aprovechado el rebote del jueves para recuperar niveles. Bankinter cayó hasta los 25,85 euros el miércoles, pero ha cerrado la semana en 27,29 euros, un 3,76% por encima de los 26,3 euros que marcara en septiembre. Lo mismo ha sucedido con Carrefour, que se encuentra ahora un 5,31% por encima de los 10,35 euros del 21 de septiembre.

Los grandes bancos, BBVA y SCH, han mantenido una trayectoria parecida. El miércoles cayeron por debajo de mínimos, pero han logrado recuperarse y se mantienen en torno a esos niveles, en 9,52 euros y 6,96 euros, respectivamente.

El de Telefónica es un caso especial. La compañía no rebasó mínimos esta semana, sino que lo hizo el 3 de julio, en 7,97 euros, afectada por el pesimismo de las telecos europeas. Su decisión de congelar las inversiones en la tercera generación de telefonía móvil (UMTS), cuya deuda había lastrado la acción, ha permitido a la cotización de la compañía recuperar un 17,6% en dos sesiones, hasta situarse un 4,04% por encima del mínimo del 21 de septiembre. Ayer cerró a 9,79 euros.

'De cara al corto plazo seguimos recomendando extremar la cautela en unos mercados que siguen estando especialmente sensibles a las noticias empresariales negativas y a la posible aparición de nuevas irregularidades contables', apuntaba esta semana un informe de Urquijo Bolsa. El pesimismo reinante empujó a las autoridades europeas y estadounidenses a tomar medidas.

De un lado, el Congreso de EE UU ha anunciado un acuerdo para endurecer la legislación sobre el gobierno de las empresas y las auditorías. Del otro, la Comisión Europea salió a la palestra el miércoles para recordar a los inversores que la solidez de la economía de la UE no justifica los niveles bursátiles actuales. En España, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se adhirió al mensaje de la Comisión.

'En caso de que no conozcamos nuevos factores de inquietud, los bajos niveles actuales invitarían a tomar posiciones', comentaba José Luis Martínez, poco antes del repunte del jueves. 'Sí, con esto no quiero decir que las Bolsas hayan tocado suelo. Pero todo tiene su límite, y en este caso ese límite debería venir por el sentido común. Volatilidad, sí; pero continuar con la tendencia descendente parece ser complicado'.

Y el rebote llegó de la mano del Parlamento estadounidense, que elevó al Dow Jones en la mayor subida en una sesión de los últimos 15 años. Telefónica se encargó de añadir optimismo a la Bolsa española, que el jueves ganó 5,09%, con un elevado volumen de negocio. La cautela, sin embargo, sigue presente en el mercado, y ayer el Ibex se mantuvo a la baja hasta cerrar con una leve pérdida del 0,11%. 'Sí, es evidente que la inestabilidad seguirá siendo la protagonista de la evolución a corto plazo de las Bolsas', explica José Luis Martínez. 'Pero con una diferencia respecto al pasado reciente, como es el fuerte aumento de los volúmenes negociados'.

El Euro Stoxx no logra salir del bache

 

El fortísimo rebote que vivió la Bolsa española el pasado jueves, del 5,09%, no tuvo igual intensidad en toda Europa. Índices como el Footsie londinense, el Cac parisino o el Aex de Amsterdam se anotaron ganancias similares, pero no sucedió lo mismo con el Dax de Francfort, que cerró la sesión con una caída del 3,09%. El índice alemán fue incapaz de seguir la estela de sus homólogos europeos, afectado por la encuesta IFO de confianza empresarial en Alemania. El dato de este mes ha sido el peor desde septiembre, época de los atentados terroristas en Estados Unidos.

 

 

 

 

 

 

 

El fuerte peso de algunas compañías alemanas en el Euro Stoxx 50 evitó, asimismo, que este índice recuperara todo lo que había perdido en sesiones anteriores, con lo que se encuentra en estos momentos un 1,18% por debajo de los mínimos alcanzados el 21 de septiembre en 2.877,88 puntos.

 

 

 

Ni siquiera el repentino optimismo de los inversores hacia el sector europeo de telecomunicaciones pudo con el pesimismo alemán. Y eso que Telefónica y Sonera han anunciado la congelación de sus inversiones en UMTS (telefonía de tercera generación) para reducir su deuda y tratar de impulsar el precio de sus acciones.

 

 

 

Europa, sin embargo, sigue muy pendiente de todo aquello que suceda en Estados Unidos. Son muchos los analistas y los gestores que temen la afloración de escándalos financieros similares a los de Wall Street. Aun así, con vistas a más largo plazo, las Bolsas europeas se antojan favoritas de cara a una posible recuperación.

 

 

 

'Ahora somos más optimistas', asegura Peter Sullivan, jefe de estrategia de renta variable europea de Goldman Sachs. 'Las perspectivas a corto plazo de las Bolsas europeas están mejorando. Las órdenes de manufacturas en Alemania han sido mejor de lo esperado. La producción industrial británica ha repuntado. Las acciones aparecen infravaloradas en términos de descuentos de flujos de caja. El consenso en torno a las perspectivas de beneficio es ahora más razonable. Creemos más probable que las Bolsas suban en el próximo trimestre a que bajen, aunque es difícil acertar con el suelo'.

 

 

 

La gestora alemana DWS comparte esta opinión: 'A pesar de que el precio de muchas acciones se desplomó, creemos que los mercados de valores están llamados a mejorar, aunque no descartamos que la volatilidad continúe'.

 

 

 

Volatilidad, sin ninguna duda, es lo más destacable de la situación actual de los mercados de valores, que bailan, como viene siendo habitual, al son que marca Wall Street.

 

 

 

Esta semana, el Congreso estadounidense ha llegado a un acuerdo para endurecer la legislación sobre buen gobierno de las empresas. La noticia fue acogida con euforia, al menos el miércoles, fecha en que el Dow Jones se anotó la mayor subida porcentual en una sesión de los últimos 15 años. Ello permitió que el emblemático índice recuperara la cota de los 8.235,1 puntos, que señala el mínimo alcanzado el 21 de septiembre. Esta semana, el Dow ha llegado a marcar los 7.702,34 puntos, zona desconocida desde octubre de 1998. Wall Street ha sufrido, y sufre, de la falta de confianza de los inversores, ante la sucesión de escándalos contables, entre los que destacan el de Enron y el de la telefónica Worldcom.

 

 

 

El Nasdaq no ha tenido la suerte del Dow, y ha sido incapaz de recuperar, al menos, los mínimos de septiembre. Ni el ascenso registrado el miércoles ni mucho menos la caída del 3,89% del jueves han sacado al índice tecnológico de la zona de los 1.200 puntos. El mínimo de 2001 quedó fijado en 1.387,06.

 

 

 

La sensibilidad de los inversores estadounidenses está a flor de piel. Cuando no es un escándalo el que sacude el mercado, es una mala previsión de beneficio o un mal dato macroeconómico. La última preocupación del mercado, la que ha marcado la inestabilidad de las últimas sesiones, ha sido la caída del indicador de bienes de capital hasta niveles de septiembre de 2001. Este dato deja entrever que las empresas han reducido el ritmo de sus inversiones.

 

 

 

De fondo, AOL y Yahoo están siendo investigadas por la SEC, el regulador de los mercados, por irregularidades en sus cuentas. La volatilidad está servida a corto plazo.

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