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Resultados

La Caixa gana un 47,4% menos penalizada por Telefónica y Repsol

El beneficio de La Caixa tiene abiertas dos grandes vías de agua. Telefónica, en la que controla el 3,6% del capital, y Repsol, donde participa con el 12,5%. Las dotaciones y ajustes realizados durante los últimos seis meses por estas dos compañías han arrastrado el beneficio semestral de la caja catalana a cifras inferiores a las del primer semestre de 1997.

Hasta junio, la entidad ganó 245 millones de euros, lo que supone un retroceso del 47,4% respecto a los 464 millones alcanzados en el mismo periodo del año anterior. æpermil;ste es el segundo trimestre en el que el resultado tiene un comportamiento negativo, algo que no ocurría desde 1986.

El efecto de la decisión de Telefónica de realizar saneamientos por valor de 6.157 millones de euros (debido a la crisis argentina y al retraso de la tecnología UMTS) ha obligado a La Caixa ha realizar una dotación extraordinaria en su cuenta de resultados de 221 millones, correspondiente al 3,6% del capital que controla. Esta dotación la ha realizado dentro de la partida de otros resultados y dotaciones netos.

En ese mismo apartado, la entidad que preside Josep Vilarasau contabiliza otros 120 millones correspondientes a un ajuste contable realizado por Repsol YPF en el cierre contable definitivo de 2001. En la presentación de resultados, celebrada el 1 de marzo de 2002, la petrolera anunció un beneficio neto de 1.982 millones, por lo que La Caixa se anotó de esa cifra el 12,5% (su participación accionarial en Repsol). Sin embargo, acontecimientos posteriores a ese anuncio, derivados de la situación de Repsol en Argentina, supusieron un ajuste del beneficio neto hasta 1.025 millones. Por ese motivo, ahora, la caja catalana ha debido realizar un ajuste contable de 120 millones,

Pero el efecto de la crisis que padece Repsol no sólo afecta a las dotaciones de La Caixa. También el margen financiero de la entidad ha sufrido un fuerte frenazo debido al retroceso de los dividendos. Mientras en el primer semestre de 2001 la entidad contabilizó 366 millones por dividendos, este año la cifra ha caído un 36,2%, hasta situarse en 234 millones. Según fuentes de La Caixa, el retroceso de 132 millones se debe, principalmente, a Repsol y confían en recuperar parte de lo perdido con la nueva política de dividendos anunciada por Telefónica.

Según un comunicado de la entidad, 'los saneamientos anunciados por Telefónica supondrán una mejora notable de su capacidad, ya creciente, de generación de flujos de caja, con un positivo efecto en los resultados del grupo La Caixa a partir del segundo semestre'. La Caixa ha decidido realizar todas las provisiones en el primer semestre y no diferirlas a lo largo de todo el ejercicio, ya que considera descartado que Telefónica deba realizar nuevos saneamientos, indicaron las mismas fuentes.

La inclusión de estos saneamientos impedirán que la caja catalana cumpla sus previsiones a final de año, pero la entidad no aventuró una cifra para el cierre del ejercicio.

En cuanto al negocio bancario tradicional, el margen de intermediación del grupo creció un 1,2%, aunque sin contar el retroceso de los dividendos el aumento hubiera sido del 12,9%, muy en línea con los anteriores trimestres. El aumento del volumen de actividad fue del 15%. Mientras que los recursos de clientes crecieron un 13,8% (hasta 100.000 millones de euros), la inversión crediticia creció un 18,5%, hasta 60.000 millones. En el caso de las hipotecas, éstas registraron un incremento del 19,4%.

El margen de explotación de la entidad fue un 9,7% inferior al de hace un año pese al mejor resultado de operaciones financieras y la contención del gasto, que hasta junio se moderó y creció un 7,9%.

Al final de la cuenta, las participadas de La Caixa han vuelto a ser decisivas. El resultado por puesta en equivalencia ha ascendido a 451 millones de euros, un 24,9% más que el año anterior, cuando contabilizó 361 millones. Este aumento sitúa el margen de negocio de la entidad (margen de explotación más puesta en equivalencia) en 977 millones, un 3,5% superior a hace un año. Sin embargo, las dotaciones para insolvencia y las realizadas por Telefónica y Repsol rebajan a casi la mitad el resultado atribuido al grupo.

Las dotaciones por insolvencias crecieron un 16%, hasta 153 millones. De esta cifra 77 millones se han destinado al fondo estadístico anticíclico. La morosidad pasó del 0,59% de diciembre de 2001 al 0,53%.

Vilarasau considera finalizada la mayor parte de la expansión

 

 

El equipo que dirige el presidente de La Caixa, Josep Vilarasau, considera finalizada la mayor parte de la expansión de la entidad. En los últimos 12 meses, la caja catalana ha abierto 196 oficinas, la mitad que en años anteriores, y ha contratado a 1.092 empleados. Estas incorporaciones sitúan la red comercial en 4.570 locales, y a la plantilla, en 23.611 personas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Según la agencia Moody's, La Caixa ha realizado durante los últimos 10 años un importante número de aperturas de oficinas con alta tecnología a lo largo de toda la geografía española, que le ha llevado doblar su red. Este esfuerzo, que ha mermado sus resultados, se ha traducido en mayor capacidad para obtener ingresos recurrentes fuera de su área tradicional de negocio. Por ese motivo, la agencia ha mejorado el rating a largo plazo de la entidad catalana.

 

 

 

 

 

 

 

Según La Caixa, cada vez más las nuevas oficinas están reportando mayores beneficios, y eso se traducirá en mejores resultados cada día.

 

 

 

 

 

 

 

Sin embargo, este crecimiento sostenido no ha podido compensar la crisis de resultados que padecen Repsol y Telefónica, lo que ha enturbiado los planes del equipo gestor.

 

 

 

 

 

 

 

Vilarasau se enfrenta durante el próximo semestre a unos meses de incertidumbre económica y bursátil en los que la actividad crediticia puede menguar. Según fuentes de La Caixa, para final de año la entidad espera un crecimiento del volumen de actividad bancaria de entre el 15% y el 20%, pero con tendencia a la baja.

 

 

 

 

 

 

 

Además, en la segunda mitad del año también debe dilucidarse el futuro de Vilarasau en la presidencia de la caja, ya que por sus años, 71, queda fuera de la nueva Ley Financiera que pretende aprobar el Gobierno del PP y que limita la edad de los presidentes de las cajas a 70 años. En caso de que se aplique la ley, Vilarasau debería abandonar su cargo en enero de 2003.

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