La ley de los beneficios
Las empresas españolas han iniciado la ronda de presentación de resultados del primer semestre del año, que coincide con una fuerte convulsión de las Bolsas mundiales. Precisamente esta circunstancia será un test para evaluar el potencial de recuperación de la economía, pero no parece tan seguro que sirva de revulsivo para la confianza en los mercados.
Son muchas las empresas estadounidenses que han publicado ya sus datos del semestre y, aunque la tónica general es de un aumento sensible de los beneficios, Wall Street ha hecho caso omiso de esa mejora, condicionada por la suspensión de pagos de Worldcom y las secuelas de los escándalos de manipulación contable. Justamente los problemas derivados del gobierno corporativo de las empresas parecen prevalecer sobre la marcha real de las compañías. La incertidumbre va a permanecer hasta que se pronuncien los gobiernos, que han tomado el control y la transparencia de las empresas como cosa suya y han anunciado medidas legislativas más duras.
En Estados Unidos, el Congreso y la Administración Bush trabajan en este sentido. En Europa, la Comisión Europea se ha impuesto la labor de armonizar los controles, mientras que en España el Gobierno ha encomendado a un comité de 14 expertos que elaboren en un plazo máximo de cuatro meses una batería de propuestas. Los poderes públicos se ven obligados a actuar por la presión de la mayoría social que constituyen hoy los inversores, pero es pronto para predecir si este afán regulador contribuirá a eliminar la desconfianza que está poniendo en quiebra la credibilidad del sistema. De momento no ha hecho sino certificar lo fundado de los temores, porque la necesidad de implantar leyes más severas puede significar que el problema está más extendido de lo que la cadena de escándalos contables indica.
Las normas de buen gobierno serán bien recibidas, pero la recuperación de las Bolsas dependerá al final de los beneficios. Las empresas cotizadas españolas, en especial las 35 del Ibex, sufrieron en 2001 una caída media del 3% después de siete ejercicios consecutivos de fuerte aumento de las ganancias. Las provisiones por la crisis argentina fueron la causa principal de ese cambio. Pese a ello, en el primer trimestre registraron un incremento del 8% frente a marzo de un año antes, en buena parte gracias a la generación de plusvalías extraordinarias por la venta de activos.
La prueba del semestre servirá de mejor barómetro sobre la salud de las empresas. Endesa presentó ayer un aumento de beneficios del 10,6%, pero esta buena cifra esconde las plusvalías por la venta de Viesgo y el fuerte aprovisionamiento del riesgo en Argentina. Caja Madrid creció un 10,3%, aupada por el auge de la banca comercial frente a la de empresa y pese a la desaceleración del crédito. La semana próxima les toca el turno a Telefónica, Repsol y los dos grandes bancos, los verdaderos ejes del Ibex.