La crisis de Abbey National acentúa su vulnerabilidad ante una posible opa
La dimisión por sorpresa del consejero delegado de Abbey National ha abierto una crisis en el segundo banco hipotecario del Reino Unido que le convierte en presa fácil, según los analistas. Tras aguantar varias semanas de presiones por parte de los grandes accionistas del banco, Ian Harley dimitió el pasado viernes con efectos inmediatos, llevándose una indemnización de un millón de libras, unos 1,55 millones de euros.
'Los inversores veían a Harley como un obstáculo en el proceso de fusiones de la banca británica', dijo un analista. 'El año pasado Harley paró la opa de Lloyds TSB y desde hace varias semanas se ha negado a hablar con National Australia Bank (NAB)'.
Los analistas creen que el banco australiano ha colocado a Abbey en su punto de mira como una vía de ampliar su presencia en el Reino Unido. El Gobierno británico, por otra parte, apoyó a Abbey contra la opa hostil de Lloyds, lo que dio a entender al mercado que no está dispuesto a autorizar más fusiones entre los grandes bancos del país.
Pero el motivo inmediato de la salida de Harley obedece a la crisis del negocio de banca de empresas. Abbey dijo hace unas semanas que el riesgo del banco con el mercado de bonos basura va a dejar un agujero de hasta 450 millones de euros en los resultados del año, que se presentan el próximo miércoles.
El actual presidente asumirá el cargo de presidente con poderes ejecutivos hasta que Abbey encuentre un nuevo consejero delegado. Hay rumores en la City que el candidato podría ser Gordon Pell, director de banca de particulares del Royal Bank of Scotland, el primer accionista del SCH.
La cabeza de Harley no es la única que ha rodado por la crisis de los bonos basura.
Hace unos días dimitieron Alex Braun y Paul Caldwell, los responsables de las operaciones, que ascienden a 2.800 millones de euros. Por otra parte, el pasado octubre Gareth Jones, consejero delegado del banco de negocios, se vio obligado a dimitir.